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Ambos jóvenes se encontraban siguiendo sus rutinas diarias de vagancia, el británico se hallaba con una notoria mueca de molestia al no encontrar nada interesante en la televisión, mientras el otro estaba planeando una guerra civil... o teniendo sexo mental, quién sabe. Hasta que repentinamente decidió hablar;

-Tom.

-¿Qué queres?.

-Por qué me bes...

-aY MIRA YA EMPIEZA SOY LUNA- gritó de la nada interrumpiendo a su compañero.
Este fue uno de los tantos intentos fallidos por parte del noruego de intentar aclarar que es lo que ocurrió la otra noche. Ya había perdido la cuenta de que tantas veces lo intentó.

-Dale responde.

-Na buenísima, también están pasando Peppa- a estas alturas las ideas ya se le estaban terminando.

Aún así no quiso resignarse.

-Tom no podes evadir esto por el resto de tu vida- continuó y comenzó a acercarse al menor.

-CALLATE CORNUDO, ESTOY TRISTE PORQUE PEPPA NO PUEDE SILBAR-dijo sin cambiar ni un poco su expresión, aunque por dentro estaba hecho un manojo de nervios.

-Respóndeme-se acercó más dejando una distancia casi nula entre ambos- ¿realmente piensas que creeré que alguien que se intoxica con alcohol casi todos los días se emborrachara así?.

El británico se negaba a levantar la vista, sentía un insoportable cosquilleo en el estómago que le impedía hablar.

-Cuando alguien te habla debes mirarlo a los ojos- con cierta molestia tomó el mentón del menor obligándolo a mirar. La expresión de seriedad que siempre se encontraba en su rostro ahora era inexistente, no parecía el Tom que todos conocen, tan seguro de sí.

Pasaron los minutos más largos de sus vidas, cuando el británico entendió que no tenía escapatoria decidió hablar;

-Pues... yo...- dijo con dificultad intentando no tartamudear, la tensión que le provocaba la constante mirada del noruego no ayudaba.

-LA PUTA MADRE YA BESENSE- gritó el castaño ya impacientado, que junto al pelinaranja disfrutaban del espectáculo.

Como acto de reflejo, el de cabellos en punta pateó al cornudo tirándolo del sillón.

-Corre- ordenó el castaño a su amigo que había logrado grabar lo ocurrido y ahora se estaba riendo como foca retrasada. Antes de que los otros se percataran, ya habían desaparecido de sus vistas.

-POR QUÉ PATEAS MOGOLICO- se quejaba el noruego tocándose la zona golpeada.

-¿QUIÉN TE MANDA A ARRINCONARME?- se defendió retomando su usual postura.

-Mira, poco me importa lo que se te haya cruzado en tu jodida cabeza de borracho- dijo con una frialdad penetrante-pero antes de andar con vos preferiría que me viole un caballo.

Se puso de pie y se marchó con su inusual postura recta que recordaba a la de un soldado.

-Suerte con tu caballo entonces- eso hubiera dicho en otro momento, y probablemente es lo que el otro esperaba. En cambio quedó en silencio, ¿tan difícil era que se lleven bien?. Después de todo, lo único que hizo siempre fue ganar su odio.

Pero no, enserio, ¡¿pORQUE UN CABALLO?!.

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Idk, creo que el dulce de leche estaba vencido.

Hechizado|| [TomTord] (Terminada) (Final de mierda alert)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora