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Terminó de bañarse lo más rápido que pudo y decidió cambiar de atuendo. Se puso una camisa negra acompañada por su corbata a cuadros favorita, unos jeans grises y sus típicos zapatos. Y claro, llenó su cabello de gel, cada vez le costaba más mantenerlo en punta.

Al ya estar listo se dirigió a la madriguera del mayor y llamó a su puerta. Unos segundos después abrió, para su sorpresa se encontraba más arreglado de lo normal. O al menos se había peinado y no apestaba a tabaco, a parte se encontraba vistiendo su vieja chaqueta negra.

-Edd y Matt se fueron a hacer unas compras, así que... ¿queres que cenemos juntos unas ricas Maru-Chan?.

En el rostro del comunista se formó una brillante sonrisa, estaba fangirleando internamente. Asintió con la cabeza.

Mientras esperaban que el agua acabe de hervir, ambos estaban bastante cerca. Incluso una mano traviesa había atrapado la cintura del menor para eliminar toda distancia existente. No hablaban de nada en particular, tan solo bromeaban con alguna que otra estupidez.

- ¿Es tan necesario que te vayas?-decidió interrumpir el menor.

El mayor no se animaba a responder, no quería confirmarle que realmente no se iría, pues aún no estaba confirmado.

-Ya está el agua- cambió de tema.

El otro comprendió que quizás no había remedio, igual se marcharía. Sin decir nada se dirigió a continuar con su cocina.

-Pero me quedaría si es por vos.

Quedó inmóvil, no creía lo que sus oídos escuchaban.

-Por extraño que sea..., te prometo que estaremos juntos- se aproximó al de cuencas vacías abrazándolo con ternura por la espalda, plantando un pequeño beso en su cuello.

Casi se le escapaban las lágrimas de felicidad, las mariposas en su estómago parecían tener epilepsia.

Volteó para unir sus labios en un profundo beso, uno que hace tiempo que deseaban. El noruego quiso tomar el control por lo que mordió el labio del menor e introdujo su lengua en la cavidad ajena. Hubieran continuado por más tiempo, pero la falta de aire los obligó a separarse.

Se tomaron unos segundos para recuperar el aliento, y el mayor sin esperar más decidió centrarse en el cuello del menor, acariciándolo con la lengua mientras cada tanto lo mordía arrancándole pequeños suspiros.

El británico comenzó a quitarle el abrigo, tocándolo sin descaro. Incluso al llegar a su trasero le fue inevitable no parar allí.

Hasta que la puerta se abrió de repente y por el susto el británico acabó por darse con cabezazo con el noruego.

-Che perdón me olvidé la plat...- ah... no importa- el pelinaranja tan oportuno como siempre, solo decidió permanecer en silencio y retirarse lentamente.

[Gracias a todos los que me saludaron <333]

Hechizado|| [TomTord] (Terminada) (Final de mierda alert)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora