{Año 2005}
El timbre marca el final de las clases del día y la semana. Todos los alumnos salen en manada al exterior, anhelando esos dos días de fiesta antes del lunes.
-¡Kath!
Una Katherine joven, la cual había sido apelada por César, se encontraba ya retirando el candado de su bicicleta para marcharse a casa.
-Acuérdate de la fiesta de esta noche ¿vale? -Reiteró el varón.
-Sí, sí, lo sé, pesadito.
-¿Seguro que no quieres que mande un chófer a buscarte?
-Seguro, vivo muy lejos, no sabrá llegar.
-Sabe muchas... -Kath le había callado con un repentino beso.
-Que no hace falta, deja de insistir.
-Está bien, jefa.
-Tsh, nos veremos esta noche.
Kath subió a la bici saliendo del recinto y tomando la carretera para salir de la ciudad. Ella vivía en un pueblo completamente oculto a los ojos del mundo; la Granja, un hogar para muchos asesinos, donde se criaban y entrenaban a espaldas de los templarios. Un refugio donde nadie los mataría ni secuestraría para llevarlos a Abstergo y barrer todo su ADN en busca de recuerdos importantes. Hasta que los adolescentes del lugar no completaban un entrenamiento básico no salían a estudiar fuera del poblado, así los adultos sabían que aguantarían lo mínimo como para pedir ayuda a tiempo. Aun con todo no hacía falta convertirte en un Assassin, no era obligatorio ni mucho menos, solamente aprendían auto defensa. Aún así algunos como Desmond Miles huían de allí creyendo que todos son unos lunáticos. Es por ello que Kath no quiso darle la dirección a César, nadie debía saber donde se ubicaban.
{...}
-¿Puede decirme su nombre?
-Katherine...
César apareció tras el "segurata", había visto a la chica llegar desde la ventana del piso de arriba.
-Dejala pasar, te ahorro el trabajo de mirar la lista.
-Como usted mande. -El hombre se retiró para dejar pasar a Kat.
-Está guapísima, señorita Frye.
-Usted también, señorito Borgia.
El joven alzó un brazo para que la contraria se agarrase mientras perfilaba una sutil sonrisa. La llevo al interior, donde había una fiesta ambientada en la antigüedad, casi en la Edad Media o principios de la Moderna. Kath no tenía un vestido de ese tipo así que César se había encargado de comprarle uno, aunque para que no reprochase (por que los vestidos así son desorbitadamente caros) le dijo que era alquilado, pero ya más tarde le contaría que es todo suyo. La fiesta tenía el motivo del décimo octavo cumpleaños de novio de Kath. En Norte América no era común celebrarlo así pues su mayoría de edad era a los veintiuno, pero en España se ganaba a los dieciocho y por ello la celebración. Aunque todo parecía estar tranquilo, a la joven Frye le rondaba la preocupación por la cabeza aún aparentando divertirse. El padre de César rompió esos pensamientos y también la conversación actual.
-Buenas noches, Katherine. Hijo, ¿podemos hablar? A solas.
-Am... Si, claro. Kath, espérame en el jardín ¿sí? Vuelvo enseguida. -Le dió un beso antes de irse.
Ella no tuvo más remedio de hacer lo que dijo, no quería estar entre tanta gente desconocida. Se sentó en un banco al llegar al exterior de la casa, más unas palabras difuminadas entre el ruido le sentaron como una punzada a la tranquilidad; "Juras defender..." La Frye se levantó y con sumo cuidado trepó por la pared como le habían enseñado (aunque el vestido no ayudaba mucho) para poder ver por una venta a escondidas, estaba César delante de unos hombres, con una mano en una cruz y otra en el pecho.-
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Assassin's Creed Resurface
Fanfic2041. La paz reina el mundo pero, ¿a que precio? El orden se ha impuesto sobre el caos, todos los focos Assassin han sido eliminados. La educación se ocupa de engañar a las nuevas generaciones, mientras que las antiguas son oprimidas para no hablar...