Capítulo 23

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—Saben como jugar ¿no?—preguntó West.

Penélope y Nick asintieron.

—Yo no.—sonreí de medio lado.

—Bien, ya que solo somos nosotros cuatro no vamos a poner muchas reglas. Solamente tienes que eliminar a los demás con un disparo en cualquier lugar que no sea la cara. Y tener cuidado de que no te disparen a ti. El último en ser eliminado es el ganador. No vamos a jugar en equipo, cada cual por su cuenta.—explicó Nick.

Asentí comprendiendo.

—¡Comencemos!—gritó West.

Cada uno corrimos hacia diferentes puntos del campo, me escondí detrás de una pila de neumáticos mientras cargaba el arma.

Estaba segura de que era mala en éste juego. No tenía que practicar para saberlo. No tenía ni idea de que hacer, sabía que si salía de mi escondite me dispararían, así que decidí quedarme en mi lugar hasta que fuera necesario salir.

Escuché unos pasos y luego un disparo que me alertó. La risa divertida de Penélope se hizo escuchar por el campo después de las quejas e insultos Nick hacia ella debido a que fue el primero en eliminarse.

Tomé un poco de valentía y me asomé un poco para intentar localizar a West o Penélope.

Divisé a Penélope detrás de unos drones de metal, me preparé para apuntarle cuando un mancha amarilla ensució su traje. Eliminada.

Observé en la dirección en la cual vino el disparo pero no había nadie.

Tragué en seco temiendo a ser descubierta por West que era el único contrincante que quedaba.

—¡Vamos Sky sal ya perdiste!—gritó West desde alguna parte.

Permanecí callada intentando captar algún movimiento que me revelara su escondite. Pero nada.

—¡Vale!—grité.—Me rindo, voy a salir. Pero no me dispares.—

Me colgué la correa del arma en el cuello descansándola en mi pecho, y salí me mi escondite levantando las manos en son de paz.

West salió de detrás de los drones de metal donde se encontraba Penélope anteriormente con una sonrisa burlona.

Caminó unos pasos hacia mi y aproveché su despiste para dispararle en el estómago manchándolo de verde.

Hizo una mueca de dolor agarrándose el lugar del golpe.

—¡Eres una tramposa!—me fulminó con la mirada pero pude ver una sonrisa intentando cruzar sus facciones.

Me acaba de engañar.

—¡Me dejaste ganar!—lo empujé.

—Es tú primera vez por lo menos ganaste.—se excusó.

—¡Pero no así!—caminé hacia la salida del campo.

No lo puedo creer. Yo sintiéndome tan triunfante por que lo había engañado y gané, en cambio fue él quien me engañó a mi. Creía que había sido lo suficientemente astuta como para tomarle el pelo pero no fue así.

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