Capítulo 26

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—Bueno, ya llegamos.—me informó.

Lo escuché bajar del auto y cerrar la puerta detrás de él.

Mis nervios aumentaron y al no poder ver nada, más aún.

¿Dónde estamos? ¿Que vamos a hacer? ¿Qué planea? ¿Por qué no quiere qué vea?

Unas manos se aferraron de mis brazos y me ayudaron a bajar.

Por su distintivo perfume no tenía duda de que era West.

—West estoy confiando en ti. No me dejes caer.—estiré mis brazos intentando tocar algo, pero nada. Los tenía en el aire. Las manos de West se aferraron a mi cintura guiándome por el camino.

Apartando el perfume de West podía oler tierra, y un olor parecido a cuando se recorta el césped, tenía puesta unas zapatillas que me impedían sentir el suelo totalmente con mis pies pero la superficie en la que estaba no era totalmente plana supuse que estábamos caminando por el césped. Podía escuchar agua corriendo, no como de una pluma abierta, sino como un río o una cascada. La temperatura se encuentra bastante fresca, no hay viento, pero no siento calor ni tampoco me estoy congelando del frío, es simplemente perfecto.

¿Dónde rayos estamos?

Caminé unos doce pasos más hasta que nos detuvimos, y el sonido del agua se intensificó.

—Listo.—

En un dos por tres la venda de mis ojos cayó permitiéndome ver dónde estaba a la perfección.

—Wow.—susurré impresionada.

Estábamos a la orilla de un río rodeados de árboles. Y frente a mi una mesa de madera blanca con dos bancos uno a cada lado, en la mesa habían unas bandejas de plata tapadas por lo que supuse que ahí había comida. Habían tres velas en el medio de la mesa.

Era simplemente hermoso.

Estaba tan impresionada.

—¿Te gusta?—preguntó West detrás de mi.

—Me encanta.—me di la vuelta para encararlo.

Me acerqué a él sin esperar respuesta y lo besé como había querido hacerlo en el auto, pero me detuve temiendo causar algún accidente. Pero ahora el único accidente que podría ocurrir sería que los dos cayéramos al agua y eso no me molestaría del todo.

—Te amo.—susurró contra mis labios una vez nos separamos en busca de aire.

—Te amo.—lo volví a besar mientras subía mis manos hasta su nuca jugando con su cabello.

—Mejor sentémonos.—se separó de mi dejando un último beso en mi frente y me ayudó a sentarme en un banco, y el se sentó en el que se encontraba al otro lado de la mesa.

—¿Tú cocinaste?—pregunté sorprendida.

—Afortunadamente no.—bromeó.

Solté una carcajada.

West no sabe cocinar ni un emparedado. En un intento de hacerlo lo quemó.

—¿Qué me ofreces entonces?—pregunté de manera juguetona.

—Spätzle Alemán con cetas.—sonrió y quitó la tapa que cubría mi plato evitando que le cayera nada. Mis ojos se abrieron con sorpresa. Es uno de mis platos favoritos de Alemania, aunque hace muchos años no lo probaba.
Consistía de dumplings con cetas en salsa Jägerspätzle era un plato bastante sencillo, pero tenía toda mi aprobación.—Sé qué es tu favorito.—me guiñó un ojo en complicidad.

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⏰ Última actualización: Aug 04, 2017 ⏰

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