Hace mucho que no te escribía. Hoy me has visitado de nuevo. Te sentí llegar, y te abrí la puerta. Te abracé, te extrañaba tanto. Sentí esa frialdad a pleno verano. Te vi llegar y nunca había sentido algo tan familiar como tu mirada. Estoy acostumbrada a ello.¡Maldita sea! ¿Quieres dejar de torturarme a mi? Podrías seguir y conocer nuevas personas, hacer tu trabajo con ellas. Pero parece que te divierte jugar conmigo. Con mis seres queridos. Con mi cordura. Me inundas como si fuera un desesperado náufrago. Me cortas como navajas. Me golpeas. ¿No te cansas? Me has dejado vacía. Ya tienes todo de mi. Te di todo de mi. Y sigues aquí. Arruinándome a mi, y a lo poco que me queda. Dime, ¿no te cansas?
Te gusta hacerme esto. Quiero acercarme, pero me da miedo apartar a todo lo que quiero. No me acercaré, pero me da miedo estar sola. Necesito sentir algo. Dejar esta hipocresía de lado. Disfrutar lo que hago, o al menos una simple cosa. Necesito sonreír, o reír a carcajadas bajo un cielo muy azul. Quiero correr, tropezar, y reír en el suelo. Quiero bailar, hacer que mis pies floten. Quiero brillar, quiero ser sol. Quiero volar, luego caer en un mar y nadar hasta una hermosa isla desierta. Quiero gritar, cantar una canción a todo pulmón. Quiero vivir. Sólo quiero vivir.
Espero que un día de estos te canses de torturarme y busques otra víctima. Porque de mi ya no queda nada. Has acabado con todo. Pero tengo miedo que alguien más descubra lo increíble que eres.
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Sempiterno
PoetryCuando parece no haber escapatoria, cuando todo lo que ves es la tormenta, cuando tus pulmones se llenan de espesos fluidos; cuando tu razón se nubla y todo parece perdido, es cuando te percatas de que nunca pudiste escapar de ti mismo. Y estás, de...