Ansiedad:

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Hace mucho que no me visitabas. Tocaste a mi puerta esta noche cuando las luces estaban apagadas, y el viento soplaba en mi ventana.

Un escalofrío recorrió mi espalda. Sentí frío. Perder mis sentidos es algo muy típico de mi. Comienzo a gritar y a llorar. Me veo sufrir, y tocar la pared en busca de una salvación. Pero la pared se deforma, y crea extrañas figuras con formas monstruosas que salen y caminan hacia mí. Me miro caer al suelo; se vuelve agua, y ahora me hundo. Me hundo y me ahogo, y me desespero, siento que muero. Un pequeño pez se ha vuelto un humano, y ahora me persigue por mi habitación con malas intenciones; yo sólo tengo miedo. Grito, pido ayuda, le tengo miedo a mis propias manos, y el hombre se acerca a mi. Su cara se deforma y se desvanece, desaparece,  se esfuma. Ahora me encuentro sola. Estoy tan temerosa. Temerosa de la soledad. De este maldito silencio. Del vacío del entorno. Pero sobretodo, estoy temerosa, de esta vida de mierda. Querida ansiedad. Estoy temerosa de ti. Tengo miedo del miedo. Me consumes como un papel al fuego. Me consumes como un alcohólico a una gran botella. Me consumes como un fumador a su cigarrillo. Y ansiedad, te temo. Así que te grité que te vayas. Cerré la ventana, el aire salió. Sentí que me asfixiaba, y luego las manos alrededor de mi cuello apretaban más y más. Estaba delirando, y juro que lo último que vi, fue a ti. 

Nunca odié algo tanto. Nunca le temí a algo tanto. Nunca creí que llegaría a tener tanto miedo del miedo.

SempiternoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora