17:17 PM
-¡Jack, VAS A MATARNOS!
Jack se quitó de la mente la fantasía y volvió a la solitaria carretera de Alabama, al volante del Mustang azul. El indicador de velocidad pasaba de ciento treinta. Despejó la mente y relajo el pie derecho.
-Lo siento.
Stephanie regresó a su canto, con voz clara, aunque triste, y con su entonación de música country clásica.
-Mi corazón guarda todos los secretos, mi corazón no dice mentiras...
Otra vez. Ella la compuso; así que él nunca la crítico... pero esas horribles letras sobre todo hoy...
-¡Jack!
El indicador avanzaba lentamente a ciento treinta.
-Lo siento
Obligó el pie a relajarse.
-¿Qué pasa contigo?
- ¿Que pasa?, calmate, Jack. No le eches leña al fuego. Un poco tenso, eso es todo.
Ella le sonrió.
-Deberías tratar de cantar.
Jack apretó con fuerza el volante.
-Sí, esa es tu respuesta para todo, ¿verdad?
-¿Qué dices?
Suspiró. No debía morder el anzuelo.
-Lo siento.
Siempre discúlpandose. Jack miró hacia ella y sonrió forzadamente
, esperando que le creyera.
Stephanie le devolvió una sonrisa que indicaba que no le había creído.
Era una mujer preciosa, lo suficiente como para cautivar al próximo que se presentase, como lo había cautivado a él -rubia, juvenil, un verdadero honor para esos vaqueros-, todo lo que los tipos de la barra de los bares podrían querer en una cantante country. Sin duda, esos ojos azules aún podían centellear, pero no sólo para él.
Ahora mismo se ocultaban detrás de unas gafas de buen gusto y ella estiraba el cuello para mirar atrás.
-Creo que hay un poli detrás de nosotros.
Jack revisó el retrovisor. La carretera, que ahora era de dos carriles, dibujaba perezosamente sus curvas por bosques de final de primavera y tierras de labranza, subía por colinas y bajaba por hondonadas, ocultandose y apareciendo de nuevo, escondiendo y dejar ver un auto solitario. Este acortaba la distancia y ahora estaba ten cerca como para que Jack reconociera la barra de luces encima del techo. Comprobó su velocidad. Cien kilómetros. Debería ser lo reglamentario.
El coche de patrulla seguía acercándose.
-Es mejor que vallas más despacio.
-Voy dentro del límite de velocidad.
-¿Seguro?
-Se leer las señales, Steph.
A los pocos segundos, el vehículo ocupaba todo el retrovisor de Jack como si lo estuviera remolcando. Pudo ver el duro rostro del poli detrás del volante, con ganas de sol reflectantes que le ocultaban los ojos.
Patrulla de carreteras.
Jack volvió a revisar el indicador, luego bajó la velocidad a noventa y cinco, esperando que el policía no los golpeara por detrás.
El sedán se acercaba cada vez más.
¡Estaba apunto de golpearlos!
Jack presionó el acelerador hasta el fondo y el Mustang salió disparado como un bólido.
-¿Que estas haciendo?- gritó Stephanie.
-¡Iba a golpearnos!
El auto se rezago diez metros. Se prendieron sus luces rojas y azules.
-¡Que bien! -masculló ella, girando y recostandose en el asiento.
Jack pudo captar en su voz que lo culpaba. Siempre echándole la culpa.
-Pero fuiste tu quien se alejó, Steph.
El coche de patrulla se colocó en el carril de la dirección contraria y se puso a la par de ellos. El policía uniformado giro el rostro para mirar a Jack. Sus miradas se encontraron. O así lo imagino Jack. Gafas negras. Sin expresión. Jack volvió a enfocar la mirada en la carretera.
Los vehículos estaban uno alado del otro, en cerrada formación, a noventa y cinco kilómetros por hora.
-¿Que estas haciendo, Jack? Detente.
Lo haría si pudiera. Jack buscó una oportunidad. El bosque, una espesa maraña de arces, robles y abedules, lo invadía como un muro que avanzaba.
Siguiente capítulo a los 5 votos :D
disculpen los errores ortográficos estoy escribiendo en mi celular xD
ESTÁS LEYENDO
La Casa - Frank Peretti/Ted Dekker
Mystery / ThrillerLa única manera de salir está dentro..