LA PRIMERA VEZ (SABADO •1 PARTE 5)

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-y dime, ¿como es que llegaste aquí siendo una sirvienta exclusiva para mí?-
-No lo sé, solo estaba dormida y desperté aquí.- Le dije a Zen

Estábamos los dos acostados en su cama viéndonos a los ojos, no sabía qué decir respecto a lo que había sucedido.
Zen comenzó a agarrarme el cabello y se acercó a mí. Mis senos golpearon su pecho. Zen no tenía un mal cuerpo, para ser verdad y no hacer nada en casi toda su vida tenía un pecho firme y un poco marcado, brazos fuertes y un gran artibuto que tenía.
-¿Porque no hice esto contigo antes? Eres tan perfecta. Tú eres perfecta tu cuerpo es perfecto y tu sangre sabe a gloria para mis papilas gustativas-
Acerco su rostro a mi cara, nuestra narices se cruzaron y nuestros labios estaban a unos milímetros de tocarse. No pude evitar sonrojarme por completo mi cara ardía de la vergüenza
-¿Como es que me quieres a mí? No lo entiendo, nunca e sido bella, de hecho Cornelia es más bella que yo, tú apariencia es bella de pues a cabeza. Porque... porque a mí. Yo no te merezco- dije un poco bajando cabeza
Zen se levantó y se comenzó a poner a ropa, parecía decidió, no sabía si mi comentario fue molesto para el.
Yo me acomodé el vestido quedando igual a como había entrado a la habitación.
Iba a salir en ese momento pero Zen me sostuvo de la mano, me volvió a tirar a la cama y me agarro de los dos brazos, no me podía mover.
-Te elegí a ti porque tienes algo especial para mí, no lo sabrás hasta que logres salir de aquí, te darás cuenta en el primer momento en que salgas de esta maldita casa.- dijo Zen con esa cara, tan segura.

Espero poder saberlo pronto... e estado dos años i medio sin salir de aquí, no se como esta el clima allá afuera, y ya perdí la cuenta de que día es hoy. Lo agarre de su saco me quede pensando en cómo acabaría esto, como saldría de ahí y como sería volver a ver a mis padres si aún están con vida.
Zen se quedó callado, sin decir una palabra, solo veía mis labios con decesos de besarlos y comenzar de nuevo lo que ya habíamos terminado, mi corazón no deja de latir. De repente Zen se levanta y me deja acostada, aunque después me levante y salí rápido de la habitación, toque mi pecho ya que sentía que estaba a punto de explotar. Baje las escaleras fui a La Cocina necesitaba tranquilizarme, me encontré a Cornelia.
-¿Como te fue Con Zen?- Dice Cornelia un poco cansada.
-Ni preguntes, no se si fue bueno o malo, lo que sucedió- le dije tomando un gran vaso de agua.
-¿Que sucedió?- Dijo Cornelia
-Larga historia para contar en un solo día, mejor dime cómo te va con Wen- le pregunte para cambiar de tema al respecto
-Pues ya sabes cómo siempre, siempre gritándome y obligándome a que juegue a las muñecas con ella, es molesto pero no le queda de otra- dijo Cornelia suspirando
-Claro...No nos queda de otra... te hiba a hacer una pregunta...-
-Dime-
-Y si escapamos...y no regresamos nunca más-
FIN DEL CAPITULO
Esperen más actualizaciones en próximos días, estará en menos de lo que te esperas.

Dos Puntos En El Cuello™Donde viven las historias. Descúbrelo ahora