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Sangre golpeando los fríos cristales de las ventanas y sobre las paredes... es todo lo que se repetía en mi mente una y otra vez, torturándome estos tres largos días que llevo deambulando como alma perdida por las calles frías y desiertas, no conseguía comer ni mucho menos dormir, lo único que pasaba por mi cabeza era alejarme lo más posible de aquella maldita ciudad. Pare con mi coche en una gasolinera vieja que encontré después de un largo camino boscoso, para repostar y me fue inevitable no fijarme en la pequeña televisión que adornaba el escaparate de la tienda, en la que salía una foto de mis padres en las noticias del día como asesinados brutalmente, para después salir mi foto en primera plana acusándome como principal sospechosa, de la que estaba en busca y captura, viva o muerta.

Después de casi medio día conduciendo por aquella vieja carretera pare en un bar de aspecto bastante viejo en el que parecía que se habían vivido grandes momentos en los años 50, estaba demasiado cansada para seguir conduciendo y me sentía bastante débil. Al entrar en aquel viejo bar, baje aún más la capucha de mi sudadera pero poco pareció importar mi presencia a las cuatro personas que había sentadas repartidas por toda la estancia, centradas en sus jarras de cerveza medio vacías, en silencio me dirigí a la barra.

-Un café doble -solté con una voz ronca de la que no me había escuchado a mi misma en días, el viejo camarero que ni siquiera me sostuvo la mirada por más de 3 segundos se marchó rápidamente, solté un billete cuando me puso el café delante y me dirigí a la mesa más apartada del local, justo en un rincón desde donde podía tener una vista panorámica del lugar bajo mi ancha capucha.

Llevaba el caliente café por la mitad cuando noté que entraron tres hombres al bar, para cuando eché un vistazo, vi a aquellos sujetos que se dirigían a la barra al igual que yo hice hace un rato, uno de ellos inmediatamente pidió alcohol, mientras que otro se sentaba tímidamente y el ultimo lo observaba todo cuidadosamente, inmediatamente empecé a sospechar de ellos no parecían camioneros o gente de aquel sitio, sentía una energía bastante fuerte que les rodeaba. Lentamente me levanté y con la cabeza baja me dirigí a la salida de aquel viejo bar sin apartar la mirada del suelo, al empujar la puerta con mi mano levanté la vista una milésima de segundo y no pude evitar echar una mirada a mis espaldas, para mi sorpresa uno de aquellos tres hombres me sostenía la mirada con el entrecejo fruncido, el último que entró en el lugar y que era el más bajo de los tres, me miraba con unos ojos celestes llenos de curiosidad.

 Lentamente me levanté y con la cabeza baja me dirigí a la salida de aquel viejo bar sin apartar la mirada del suelo, al empujar la puerta con mi mano levanté la vista una milésima de segundo y no pude evitar echar una mirada a mis espaldas, para ...

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Rápidamente subí a mi coche y seguí mi camino a la ciudad más cercana con la ropa aún salpicada de sangre. Despues de unos kilómetros vi el cartel de las afueras de Washington y entre en el pueblo más cercano, pare en una calle con pocas casas a los alrededores y repose mi cabeza en el asiento del piloto sin poder soportar ni un segundo más despierta, aún con los ojos entrecerrados vi un destello a mi izquierda que me hizo saltar en el sitio, extrañada por no poder apreciar que fue aquello examiné toda la calle y me fijé como al final de esta la puerta de una tienda de alimentación se tambaleaba, lo que era sumanente extraño porque era bien entrada la noche y estaba cerrada al público.

No pude evitar ir a investigar, otra vez sentía aquella extraña energía aunque era menos fuerte esta vez, abrí la puerta de la tienda con cuidado y cuando no vi a nadie me adentre completamente en ella, recorrí el pasillo central en completo silencio tratando de identificar algún sonido entre las estanteríasde comida rapida, observé a mi derecha muchos paquetes de patatas fritas, las tripas me sonaron y recordé que llevaba días sin probar bocado, por lo que cogí uno ya que en estos momentos era una delincuente, que más daba robar algo de comida, me metí rápidamente el paquete en el bolsillo derecho de la sudadera, pero, escuché un ruido al final del oscuro pasillo, al girar en este me quedé petrificada al ver como alguien estaba cogiendo paquetes y paquetes de helados, para cuando aquel hombre se giró y me vio allí parada mirándole se quedó estático mientras escupia el helado que tenía en la boca.

-Tú... no eres el señor Thompson -dijo relajándose mientras sacudía su peculiar pelo gris- uf que alivio creía que me habían pillado, lo que es imposible... - yo sólo permanecí allí de pie, barajando en todas las posibilidades de salir lo más rápido posible de alli- y tú quien eres?

-¿Estas... robando helados? -fue lo único que se me pasó por la cabeza en aquellos momentos.

-Si yo soy un roba helados y tu una roba patatas, si... te lo he visto en el bolsillo derecho de tu sudadera - soltó con una pequeña sonrisa de lado mientras yo alzaba una ceja - Soy Peter Maximoff, y tú?

-Hayley Blake.

Sangre (X-men Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora