02 | yo

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Por alguna extraña razón comenzaba a ver al castaño más seguido, lo veía en los pasillos, en la cafetería y algunas veces en la salida. Lo había visto antes ya pero ahora era más frecuente, no nos dirigíamos la palabra pero pasábamos cerca. No me molestaba en absoluto, sólo lo encontraba extraño.

— ¿Y me vas a decir tu nombre? —dijo el castaño apareciendo frente a mí al cerrar la puerta de mi locker.

— ¿Por qué debería? —caminé con la intención de dejarlo ahí, pero él me siguió por detrás.

—Porque yo te dije el mío, además... parece que nos vemos frecuentemente y porque me gustaría saber tu nombre

— Que nos veamos frecuentemente no significa que vayamos a ser amigos

Lo dejé ahí, fui hacia mi clase de cálculo, basura de clase. Casi siempre me quedaba dormido, casi siempre me mandaban a detención por eso mismo y hoy no fue la excepción.

De camino al aula vi a lo lejos al castaño, no parecía estar en una situación conveniente, estaba con un chico más alto que el, con el cabello color cenizo y una mirada que podría jurar que penetraba hasta tu espíritu, el castaño lo sostenía del pecho y el contrario evitaba su mirada y negaba con la cabeza, yo estaba mirándolos pero parecía que no se daban cuenta. ¿Y qué hacía yo ahí?

Fui hacia donde debía ir, me senté donde siempre... estaba dispuesto a dormir pero tuve una mejor idea. Últimamente había estado tratando de hacer poemas, una mierda porque no sé sobre que escribir pero estaba tratando de aprender cómo. Digo, si iba a pasar todo el ciclo escolar sentado en un aula en la que no haces nada debía sacarle algo de provecho.

La escuela no me importaba, nunca me había importado, solamente asisto porque mis padres me dicen que debo hacerlo pero creo que es una mala idea, lo único que reciben a cambio es desinterés de mi parte y calificaciones que dan vergüenza.

Había encontrado las palabras perfectas que combinasen con lo que había empezado a escribir pero fuí distraido por la puerta que se abría, aproximadamente diez minutos después de mi llegada entró al aula el castaño, parecía que había estado llorando de nuevo, me miró y yo lo evité.

— ¿Puedo sentarme aquí? — me preguntó con la voz ronca.

— Como quieras

Se sentó en la mesa a un lado de la mía. No quería hablarle ni que él me hablase porque simplemente no me interesaba, pero inconscientemente lo hice.

— ¿Pasó algo?

Oh Lee Minhyuk... ¿Preocupándose por alguien más?

— No, estoy bien.

— Tu cara no parece estarlo

Ya está. No iba a poder concentrarme más, había permitido que se sentara al lado de mí y había iniciado la conversación yo así que ahora iba a quedar hablándome con él y a escuchar sus problemas que no me importan un carajo. Cerré mi libreta. El suspiró.

— Sólo son problemas

— ¿Con el rubio de hace un rato? — yo no estaba mirándolo pero sentí su mirada sobre mí, se quedó en silencio — ¿Es tu novio o algo así?

Ah pero a mí que me importaba.

El castaño rió irónicamente.

— Sí... es algo complicado. Yo... simplemente me siento como una falla, siento que no soy lo suficientemente bueno para amar a alguien.

— Pues no tengo nada que decirte, ¿Qué puedes esperar de alguien como yo?

Suficiente, no iba a exponer mi vida ante alguien del que ni si quiera recuerdo su nombre. Abrí mi libreta de nuevo con la intención de ignorar al chico a un lado de mí y tratar de recordar lo que iba a escribir antes de que llegara.

— No lo sé, ni siquiera sé cómo te llamas.

Parecía que no iba a escribir nada.

— ¿Y para que quieres saberlo? ¿De qué sirve que sepas mi nombre? Al fin de cuentas vas a terminar llamándome como te dé la gana, la gente siempre hace lo mismo.

— Tal vez yo no sea como los demás

Y era exactamente eso. Desde el primer momento que lo vi sabía que había algo en él que iba a ser difícil de olvidar o ignorar. Era esa misma razón la que hacía que no pudiese fingir no haberlo visto en los pasillos.

Pero no, yo no tenía ningún interés en tener a un tipo detrás de mí todo el rato, algo a lo que la gente común le llama "amigo", yo no conocía a alguien así desde hace tiempo y el castaño hablador no iba a ocupar ese puesto.

— ¿Vas a dejar de molestarme si te lo digo?

— ¿Te molesto?

— ¿Sí o no? — suspiró.

— Supongo

— Lee Minhyuk

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