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12 | no, yo te necesito

— Kihyun, ¡Nos vemos después!

Volvía de la facultad a mi departamento, mis días pasaron de ser amarillos a ser grises otra vez, tenía algunos amigos pero no eran del todo interesantes, Hoseok había terminado conmigo el año pasado, se cansó de mí y me confesó que me había estado engañando desde hace unos meses con su compañero de habitación en su facultad, no estudiamos en la misma por lo que nunca me di cuenta. A decir verdad yo también estaba cansado de él, nunca había existido algo que me incitase a seguir juntos, siempre pensé que dentro de él podría encontrar otra parte que sólo yo podría conocer al ser su novio, pero nunca sucedió, llegué a la conclusión de que Hoseok estaba vacío por dentro e incluso por fuera y que yo era ciego y un tonto por haberme engañado a mí mismo durante todos esos años.

Pero ahora que me había dejado no sabía cómo sentirme, no tenía a nadie que me hablase, a alguien con quien pasar el rato, a nadie con quien pudiese sentirme protegido, ésta vez estaba solo y después de dos años pude comprender lo que Minhyuk sentía, pero era inútil pensar en él ya.

Después de aquel día en el que Minhyuk me dijo que me necesitaba no volví a hablar con él, no niego que no tuve la intención de hablarle o preguntarle si estaba bien pero él fue el que se alejó y sabía que iba a ser difícil ganarme su confianza una vez más. Me sentía aún peor porque después de todo lo que pasamos juntos y el trabajo que me costó que Minhyuk se comunicara conmigo se fue directo a la basura y todo por mi estupidez. Eso ya no importaba ya, estaba más que seguro que él no pensaba en mi tanto como lo he estado haciendo todo este tiempo.

Con la esperanza de reencontrarlo algún día decidí quedarme en Seúl, no tenía la menor idea de donde vivía ahora pero podría apostar que no se había ido de aquí, no pude si quiera buscarlo en su casa porque nunca lo visité cuando éramos amigos, estábamos completamente incomunicados y yo estaba muy arrepentido.

En la facultad estudiaba Diseño y Comunicación enfocado en Fotografía, siempre me había gustado mirar y encontrar cosas nuevas, yo solía ser muy positivo antes de encontrar a Hoseok y por un largo tiempo dejé de interesarme en todo aquello que me hacía feliz pero ahora que estaba solo podía volver a hacerlo y eso me alegraba un poco, decidí enfocarme en las cosas buenas y olvidar todo lo mal que lo había pasado.

*

— ¿Hiciste la tarea de taller? — Dijo Jooheon a un costado de mí — Eh Kihyun, ¿Estás ahí?

— Sí, si la hice pero no creo que sean muy buenas — dije sacando mis fotografías de un portafolio que tenía en mi regazo.

— Pensé que no estabas escuchándome

— Me perdí un momento, lo siento — sonreí avergonzado y le di mi trabajo.

— Pero Kihyun, ¡Son fantásticas!

— Serían aún mejores si tuviera una musa en quien pensar ¿Sabes?

— Pues si así lucen cuando no estás inspirado no me imagino como sería entonces —me sonrió y me dio mi trabajo de vuelta.

Al principio tenía miedo de no poder expresarme por falta de inspiración pero mis compañeros de clase siempre adulan mis fotografías y trabajos coloridos, creo que lo estoy haciendo bien.

En el taller nos dijeron que debemos que asistir a un pequeño viaje que contará el ochenta por ciento de nuestra calificación semestral, en él tenemos que buscar objetos u animales exóticos, también flora y paisajes, el lugar para el viaje es Jeju. No sólo nosotros vamos a asistir, otras escuelas importantes en Seúl han sido invitadas, en el viaje vamos a tomar también un curso que nos beneficiaría bastante, incluso aunque no quisiera ir debía hacerlo si quería mantener un buen promedio. Será un viaje de cuatro días: desde el viernes hasta el lunes.

*

Jooheon vive en el mismo edificio que yo dos pisos debajo. Estuvo toda la semana chillando sobre lo emocionado que estaba por el viaje porque era su primera vez yendo a Jeju, yo había ido dos veces antes así que sabía más o menos en donde encontrar cosas únicas. Jooheon es uno de los amigos que más tomo en cuenta y es agradable estar con él, siempre tiene algo positivo que decir, me recordaba a mi yo de hace dos años.

Viernes había llegado.