Todo comenzó con una pelea entre mis papás.
Todas las familias tienen algun desperfecto, no existe la familia perfecta.
El punto es que eso era lo que parecíamos, mi hermana melliza, mi hermana menor, mi mamá, mi papá y yo. Vivíamos al norte de la ciudad, en una casa muy bonita, con un lindo parque, alejados de todas las bocinas, luces y demás molestias de la ciudad.
Iba a un colegio público/privado, muy bueno, mis hermanas y yo éramos las típicas que tienen las mejores notas. Teníamos buenos amigos, compañeros, tíos, primos, etc.
Cómo decia, la familia "perfecta" a los ojos de todos.
Así es como yo veo a mi familia:
Mi melliza Luciana, ella nunca uso lentes, ni braquets, no le gusta leer, se podría decir que es más bonita que yo, claro a los ojos de otras personas. La mayoría del tiempo se está haciendo la víctima, la pobrecita, que yo no la ayudo con su tarea (porque en realidad yo tengo mejores notas que ella, que tiene muchos desaprobados), no le explicó, la ignoro, que yo me copio de ella, etc, todo el día diciendo cosas malas de mi, pero cuando estamos con cualquier otra persona parece ser la persona más amable del mundo con todos. Todos la ven como un ángel, a mi me ignoran, mi mamá es vernos llegar de la escuela y saltar a saludar y abrazar a ella e ignorarme olímpicamente a mi y mandarme a limpiar la casa. Y otra cosa que me saca de mi, es que se copia de mi. Ser melliza significa querer ser original, diferente en algo que te haga especial y que te diferencie. Es yo empezar un dibujo nuevo, es que me encanta dibujar, es una parte de mi, y venir ella y hacer exactamente el mismo dibujo pero en otro color y decir que es original de ella. Lo último que tengo para decir sobre ella es que habla mal a mis espaldas de mi todo el tiempo.
Mi hermana menor, Alicia, (todas con nombres normales y yo la única rara, gracias mama), físicamente es muy distinta a mi. Dentadura perfecta, ojos celestes, rubia, pelo largo y lacio, piel pálida, un poco bajita. Tiene 3 años menos que yo. De nuevo, todos la ven como un ángel, pero en realidad es un demonio salido del Tártaro. Es como tener alguien que te hace bullying y la vida imposible todos los días de tu vida. Eso es resumido, si le sumamos que tengo que estar detrás de ella como si fuera su esclava.
Mi mamá, Alejandra, en pocas palabras: la mujer más hipócrita que conocí en mi vida. Trata a mis hermanas como si fueran enviadas de Dios y a mi como basura. Cuando hay algo que hacer en la casa, lo primero que hace es decir que yo lo tengo que hacer o si no, me confiscaba mi cuaderno de dibujo. Cuando tenía fiebre o estaba enferma, me decía: "no te preocupes, no tenés nada, seguí juntando las hojas del patio", ¿que linda, no?. Se rompía algo y ya saltaba con que fui yo, que yo tengo la culpa y todo. Siempre las consentia a ellas, ellas iban a talleres de danza, música y otras cosas y me quedaba una hora después de clases a esperar que terminen o me levantaba más temprano para llevarlas, si yo me quería anotar a un taller de diseño o ajedrez, tenía que venir y hacer mi tarea y estudiar y limpiar toda la casa con tal de que me esperaran y no se vayan sin mi después de clases. Obviamente eso no me detuvo. Y no sirvió de mucho. Cuando llegas a determinado año de la secundaria, te piden elegir orientación, era artes o humanidades. Íbamos al turno tarde, ahí solo había arte y yo me quería quedar, pero no me tenía que pasar al turno mañana porque Luciana quería estudiar humanidades cuando ni siquiera sabe hacer una ecuación bien.
Ahí comenzó todo.
Mi papá, Gabriel, el hombre más bueno que conocí en mi vida. Me apoyaba, se reía conmigo, se preocupaba,veíamos partidos de tenis y fútbol juntos, veía policiales conmigo, le interesaba que leía, dibujaba o hacia. Era sincero y amable, todo lo que un papá necesita.
En fin. Mi mamá y mi papá se peleaban, antes sucedía una vez cada tanto, pero últimamente se hizo más frecuente.
Ya habían peleado una vez por que a mi papá le habían ofrecido un trabajo muy importante en una empresa muy importante en Nueva York. Mi mamá se enojó mucho, y no se hablaron por una semana hasta que mi papá rechazo el trabajo.
Esta vez era la disputa por ver que orientación tenía que seguir yo. Mi papá me defendía a mi, mi mamá a Luciana. Fueron horas de gritos, insultos, amenazas, que está bien, que está mal, esas cosas que pasan en cualquier discusión de padres.
Esta no era una discusión cualquiera.
Mis hermanas se habían encerrado en nuestro cuarto ( que compartimos) y yo estaba escondida detrás de las escaleras donde se escucha todo.
Seguían discutiendo hasta que...
- ¡YA BASTA, SE ACABO! No puedo seguir viviendo con una mujer que menosprecia a su hija, y le da todos los lujos a las otras dos. A partir de hoy voy a empezar con el proceso de divorcio, ¡YA NO TE SOPORTO MAS ALEJANDRA! ¿Sabes que voy a hacer? Voy a aceptar el trabajo en Nueva York, y me voy a llevar a Kala conmigo, así ves cuanto te hace falta. Vamos a estar muy bien sin ustedes tres- sentenció mi padre.
- ¡¡PERFECTO, HACE LO QUE QUIERAS HIJO DE PUTA, ANDATE CON ESA PENDEJA DEL ORTO Y DEJANOS EN PAZ, QUE NO LOS NECESITAMOS. YA VAN A VOLVER USTEDES Y NOS VAN A NECESITAR, PERO LES VAMOS A CERRAR LA PUERTA EN LA CARA Y NUNCA MAS VAN A PODER VOLVER!!-
Esas simples palabras me dejaron sin aliento.
Había escuchado lo que tenía que escuchar tarde o temprano. Ese día mi papá me dijo que guardara ropa en una mochila y que me llevará la mochila del colegio también.
Esa noche fui a dormir a la casa de mi mejor amiga, nos la pasamos llorando y comiendo helado, pues era una pequeña adicción nuestra.
Después de esa noche nada sería igual.
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Solo los verdaderos valientes dicen la verdad
Teen FictionLes soy sincera? No entiendo para que la gente miente, se delatan a sí mismos. Las mentiras son una forma de decir la verdad. Por motivos de la vida a mi se me da muy bien mentir. Nunca ha pasado que alguien me descubriera, eso trae cosas buenas y m...