Carta número 8♡

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-Escuchen todos.- Resonó la bella voz de Nami-san, llamado a los que estaban presentes.- Embarcaremos en una isla cercana por lo tanto preparence.

Todos se emocionaron, preparaban prendas y dinero, otros iban a avisar a los demás que no estuvieron presentes.

-Ne, Brook.- Te subiste a mi espalda como ya era tu costumbre.- Quiero ir contigo.

-¿Estás seguro Luffy-san? ¿No crees que los demás nos vean con ojos malos?-Soltaste un suspiro pesado y dejaste caer tu cabeza, creo que en verdad te molestaba que fuera tan inseguro.

-Siempre habrán personas malas... además, de qué nos preocupamos si ni los conocemos.- También suspiré con pezades, después de todo ya teníamos la aprobación de nuestros nakamas y eso era lo realmente importante.

Cuando estuvimos a la orilla de la isla bajaste rápidamente como siempre pero esta vez me esperaste para poder caminar junto a ti. No esperamos las indicaciones así que llevaríamos una gran regañada por parte de Nami-san cuando volviéramos.

Caminamos por el gran pueblo que había, realmente era bonito y las personas resultaban amigables, paseamos por varias calles, recuerdo que comías todo lo que se pasaba en frente tuyo y comprabas cosas curiosas como aquellas par de golondrinas que traían suerte que raramente la dueña te había regalado por ayudarla con unas cajas, aunque eso no lo compraste. Me separé por un momento de ti para admirar algo que me había llamado la atención, una hermosa caja musical color negro, pequeña y redonda con hermosos gravados color oro en la tapa. Entré a aquella tienda de cosas artesanales y pregunté el precio, valía tanto la pena regalartelo que no importaba nada. Escuché su melodía y me dejó sin aliento, sabía que te iba a encantar. Pagué por ella y me fui.

-¡Broook!- Alzaste tu mano para saludarme y fui a tu encuentro.

-¿Ha pasado algo Luffy-san?

-Quiero llevarte a un lugar que me dijo aquella señora, dice que es realmente asombroso.- La alegría de tus ojos era tan grande que no podía ocultarse, aún con tantas peleas que habías tenido y con tantas heridas seguías sonriendo. En serio admiraba tu espíritu.

Me llevaste casi corriendo al lugar pero a la mitad del camino te detuviste en seco.

-¿Qué pasa Luffy? ¿Te encuentras bien?- Jamás parabas de correr y esta era la primera vez que te veía así.

-N... no, só... sólo me duele la pierna... me... me fracturé por accidente al correr.- Te creí lo cual fue mi error.

-Entonces dejame ayudarte.- Guardé la caja de música en uno de mis bolsillos y te cargué entre mis huesudos brazos.- ¿Así está mejor Luffy-san?

-Shishishi, mucho mejor.- Me besaste y con el dedo me señalaste a donde ir, a lo lejos pude escuchar murmullos, de seguro y eran malos.

Al llegar, un paisaje tan bello estaba ante nosotros, un atardecer y un lago eran tan perfectos como tú. Nos quedamos varias horas admirando aquello hasta que la noche ganó al día y las luciérnagas empezaban a salir de sus encondites, iluminando el lago con aquella luz tenue y ligera.

Melodía De Violín.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora