Capitulo 9

44 9 0
                                    

        Ultima persona de la que me alimento hoy, necesito parar o terminare destripando a medio mundo, llegue donde estaba una señora, como de cuarenta años de edad e hice lo mismo que con la chica del callejón, la asuste un poco.

        -¡Me asustaste!- exclamó, la señora con la mano en su pecho, pero luego me dio una tierna sonrisa.

        -Disculpe, es que tengo hambre- digo mirándola con ojos de perrito regañado.

        -¿Quieres algo? yo te puedo dar de comer

         - Gracias, es muy amable- dije, para luego mirarla a los ojos e hipnotizarla –No grites, no sentirás dolor- dije para luego clavar mis colmillos en su cuello, succionando la sangre, note que se ponía débil, así que pare -Ahora me olvidaras, vas a irte a un hospital y si te pregunta que te paso solo di que te ataco un animal.

         -Estoy impresionado- dice pasando su brazo por mis hombros, di varios pasos hacia adelante, para quitar su brazo -Disculpa por convertirte- dice bajando su mirada.

         -Tranquilo- le digo dándole una sonrisa - ya me estoy acostumbrando- me encojo de hombros, cada vez me siento más poderosa, invencible, como si pudiera con todo y con todos.

        -Me caes bien, quiero seguir pasando tiempo contigo.

        -Tengo que ir a casa, debo decirle a mi mamá que me quedare.

       -¿Quieres que te acompañe?

        -¿No vas a alimentarte?

       -Se me quito el hambre, anda déjame ir contigo o te persigo- me dice.

       -Persígueme entonces- digo para comenzar a caminar a mi casa, llego a mi lado y tomo mi mano para caminar juntos.

         -¿Por qué tomas mi mano? No somos ni amigos.

          -Disculpa, no quería incomodarte- soltó mi mano.

         -No me incomoda, solo es raro, dame tiempo que me acostumbre a ti ¿sí?- le digo mirándolo a los ojos, el solo asiente y comienza a caminar a mi lado, el camino fue divertido, se la paso contándome historias chistosas de su vida, es un irresponsable, pero divertido. Luego de un rato llegamos a la casa y entramos.

         -¡Mamá, ¿dónde estás?!- grite eufórica.

         -¡En la habitación!- grito desde arriba.

          -Quédate acá, no le caes muy bien a mi mamá, todavía no se adapta a que hayan convertido en vampiro a su pequeña.

           -OkiDoki- dijo haciéndome reír, en estos últimos minutos se le ha hecho muy fácil hacerme reír.

           -¿Sabes que te quiero mucho?- digo abrazándola, cuando ya estoy arriba.

           -¿Qué quieres?- dice dejando de guardar la ropa en la maleta para mirarme, se supone que ya deberíamos estar camino a nuestra casa.

           -¿Sera que me puedo quedar unos días aquí? Yo me pondré al corriente cuando llegue, además sabes que tu hija es muy inteligente y tiene el mejor promedio de la preparatoria.

          -¡No!- exclamó mirándome como si me salió un tercer ojo -Tú no te puedes quedar, la escuela no importa es que aquí no conoces a nadie y yo tengo que ir a trabajar.

          -Mami, mírame a los ojos- la observe, al unir nuestras miradas hable.

          -Luego de rogarte mucho me dijiste que si podía quedarme con Damon y Estefan que son una buenas personas y te dieron buena vibra, te iras hoy como tenías planeado y mañana temprano a tu trabajo, cuando te llamen de la escuela, di que tenemos un pequeño percance.

          -Ok- dijo sonriendo, no me gusta hacer esto con ella, pero no quiero ir a casa, no quiero hacerle daño a ninguna de mis amigas o a mi familia, prefiero adaptarme, entrenar y cuando ya esté capacitado regreso.

         -Te amo, muchísimo, no lo olvides- la abrace como si fuera la última vez que la iba a ver, luego de soltarla me fui al dormitorio a buscar mis maletas, para llevarlas a la casa Salvatore y baje las escaleras para encontrarme con Damon.

          -Déjame ayudarte- dijo tomando mi maleta, se la entregue no porque pesara, sino porque no me gusta cargar nada.

          -Extrañare a mi madre- hice puchero.

          -Solo serán unos día, mientras te ayudamos a controlarte- dice dándome una sonrisa de labios cerrados

          -Llévate la maleta por favor, me quedare acá con ella.

          -Vale, mañana te vendré a buscar- se acerca a mí y me toma por la cintura -¿No quieres que me quede contigo?- dice coqueto.

           -No- digo alejándome de él, me pone nerviosa cuando hace esa clase de gestos, ningún chico ha sido así conmigo, mejor dicho, no dejo que ningún chico sea así conmigo.

         -Ok, no duermo aquí, pero cuando estés en mi casa no te salvaras- dice besando mi mejilla.

         -Estefan me cuidara de ti- digo cruzando mis brazos por debajo de mis senos.

         -Y yo te cuidare de el- dice acercandose a mi otra vez -Se te ven mas grande con los brazos asi- señala mis senos y me guiñá un ojo.

         -Ya vete- digo dandole un ligero empujon y poniendome roja,  lo veo irse y luego subo las escaleras para regresar con mi mamá.

Un Dia No Tan Especial©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora