Capitulo 4

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        -No diré nada, lo prometo- dije sin dejarlo de mirar, lo miraba como si mi vida dependiera de eso, quería levántame y salir corriendo, pero mi cuerpo no reaccionaba.

     -Tentativa propuesta- dice caminando hacia mí, me arrastre por la cama hasta que mi espalda roco el frio metal de mi actual cama -Pero no- dijo mordiendo su muñeca y colocándola en mi boca.

      Cerré mis labios muy fuerte para que su sangre no entrara a mi boca, este al notar mi reacción mordió mi cuello y abrí mi boca de inmediato para gritar, pero su muñeca la cual no se había movido de su lugar ahogo mi grito y pude sentir el espeso liquido con sabor a metal deslizarse desde mi lengua hasta mi garganta. 

     –Dulce sueños bonita- Doblo mi cuello, partiéndolo, y de inmediato todo se volvió negro.

*******

    Seguía viendo ese negro, como la misma oscuridad, como si estuviera sola y mis gritos no pudieran ser escuchados por nadie, me sentía vacía y con ansias de querer sentir algo en mi boca, sentía que nada tenía sentido y que no tenía vida ni alma, decidí acabar con esta oscuridad y abrí mis ojos, puede observar donde me encontraba, no lo conocía y no era el lugar donde me estaba quedando, tenía un olor a alcohol y sus paredes eran oscuras, estaba acostada en un sofá y cubierta por una manta, ¿Dónde está mi madre? Unas voces a lo lejos me sacaron de mis pensamientos e intente oír lo que decían, pero se me hizo difícil, me levante muy lentamente porque me sentía mareada y tenía un dolor de cabeza que no era normal, sentía que había bebido muchísimo y estaba en la resaca, me dirigí al marco de la puerta y me quede allí, para escuchar mejor.

    -Era más fácil hipnotizarla, pero Damon siempre creando el caos- dijo una voz de hombre que no conozco, en tono de regaño y frustración.

    -Relájate, ni que hiciera esto todos los días. Además consigue sangre no quieres que muera por segunda vez hermanito- dijo esa voz que me erizaba los bellos del brazo, esa voz que lograba paralizarme, la voz que le pertenece al hijo de la grandísima bestia, que ahora se su nombre. Damon – Deberías apurarte, ya despertó nuestra invitada- dijo mirando a donde yo estaba. ¿Cómo supo eso? Oh cierto, es un vampiro, sus sentidos están más desarrollados.

    -Hola, ¿Cómo te llamas? -Me pregunto la otra voz, caminando hacia mi, por reflejo e inseguridad comencé a caminar hacia atrás, alejándome de esos dos – Tranquila, no te hare daño-dice deteniendo su paso.

     -¿Qué más daño que verte la cara hermanito?- dice Damon, sentándose en una silla y riendo mientras lleva un vaso con un líquido marrón a su boca, supongo que una bebida alcohólica.

    -Haz silencio Damon- dice fulminándolo con la mirada.

    -Me llamo Victoria- logro decir sin dejar de mirarlos.

    -Qué bonito nombre- dice sonriendo -Yo soy Estefan. Lo mire y detrás de el pude ver la puerta abierta, volví mi mirada a Estefan y luego a la puerta.

    -Ni se te ocurra escapar bonita- dice Damon. Llamando mi atención.

Un Dia No Tan Especial©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora