2 • Entre Complejidades •

90 5 0
                                    

Megan

Mi celular suena constantemente, corro hacia donde está el aparato pensando en que podría ser Andrew pero al ver la pantalla, un número totalmente desconocido me hace fruncir el ceño.

—¿Si? —contesto un poco insegura. No me gusta atender llamadas de números desconocidos, pese a que son muy pocas las veces que sucede.

—Hola Megan. —habla una voz familiar del otro lado de la línea y mi mente se queda en blanco.

—¿Dylan? —llevo mi mano a mi boca, estoy sorprendida por su llamada.

Durante este mes que ha desaparecido no ha hecho el más mínimo esfuerzo de comunicarse conmigo.

No lo reprocho, se cuán dolido se fue de la casa y lo comprendo.

—Si Megan soy yo —contesta obvio y yo río —. ¿Cómo estás? —pregunta.

—Estoy bien, gracias por preguntar y ¿tú, cómo has estado? ¿qué ha sido de ti todo éste mes? —inquiero interesada.

—Digamos que estoy bien, disculpa por no haberme comunicado contigo pero... Dios Megan fue difícil, fue muy duro para mí, alejarme de ti y más sabiendo que estabas con otro. —murmura con voz rota.

De repente me duele el pecho, Dylan fue y sigue siendo alguien muy importante para mí. Amo a Andrew, estoy enamorada de él, pero el inmenso cariño y aprecio que le tengo a Dylan no se va a acabar. Antes de todo esto, fuimos felices y vivimos momentos únicos e inolvidables. Siempre lo voy a llevar en mi corazón.

—Dylan siento todo lo que ocurrió, pero tú debes saber que sobre el amor nadie manda ni elige. Fue tan inesperado que no supe cuando y como pasó, solo sé que me enamoré de Andrew. —explico y lo único que se escucha es un silencio profundo, imagino que le han dolido mis palabras.

¡Dios! Me siento tan culpable ahora mismo por todo esto.

—Te sigo amando Megan —sus palabras me dejan congelada y dentro de mi, algo se estruja y me acongoja—. Como el primer día que te dije que te amaba, como el día que te propuse matrimonio, como el día que te ví caminar hacia el altar, como el día que sellamos nuestro amor, te amo y no puedo evitarlo, no puedo olvidarte, se me hace difícil Megan, casi como una misión imposible.

—Dylan, por favor...

—No digas nada Megan, sé que lo amas a él y él te ama a ti y créeme, soy feliz por eso, quiero verte llena de alegría, riendo y siendo verdaderamente feliz y sé que lo eres a su lado. Andrew es el tipo que te mereces. Yo solo te digo lo que es inevitable ocultar, este sentimiento no se irá de mi corazón pronto y aunque fue doloroso, ahora solo me he resignado. Te perdí. —mierda, este hombre es un ser especial, lo único con lo que no pudimos luchar, que fue su mayor defecto, fue con su adicción al trabajo, siempre tan pendiente de ello que se olvidó de mi​ y me dejó a un lado, pero aún así tiene un gran corazón.

—Eres una gran persona Dylan, estoy segura que serás muy feliz cuando encuentres la mujer que corresponda tus sentimientos y además, tú seas capaz de dedicarle todo a ella.

—Fui un imbécil, te perdí por tonto y aunque no puedo retroceder el tiempo, me culpo aún por ello. Te amo Megan, por ahora solo quiero estar solo, tomarme el tiempo que sea necesario para olvidarme de ti como mujer, no quiero arrastrar a nadie a mi condena y cuando eso pase, entonces si me sentiré libre para amar nuevamente y hacer feliz a alguien. —sonrío. Nada me complacería más que eso.

—Te deseo lo mejor Dylan, sabes que puedes contar conmigo, nos conocemos desde hace muchos años y aunque hoy no estemos juntos y vayamos a divorciarnos, en mí tienes una amiga incondicional. —mis palabras son sinceras y espero que Andrew, no se moleste por esto, pero Dylan tendrá un espacio en mi corazón por siempre.

Inevitable Entrega © |Completa|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora