8 • Acciones Sin Pensar •

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Megan

Andrew ha salido cabizbajo y con el corazón en la mano. Lo he visto molesto, dolido y hasta decepcionado. No lo culpo si quisiera terminar lo nuestro por la falta que he cometido, sé que no tengo la moral suficiente para que él no piense cosas feas de mi pero he sido yo quién ha arruinado un matrimonio involucrándome con otro, y que ahora mismo no tengo vergüenza para explicarle que lo que ha sucedido con Dylan no es nada, aunque esa es la verdadera razón. No he sentido lo que siento con él y sólo he reafirmado el amor que le tengo, lo amo con todo lo que soy y puedo decir casi con seguridad que Dylan en mi vida, es un capítulo cerrado.

Ver a Andrew con esa expresión debatido, me ha dejado con el corazón arrugado, vuelvo a sentir ese amargo sentimiento de remordimiento. Solo de pensar que si hubiese detenido a tiempo el beso de Dylan, las cosas no estuvieran así, aunque tampoco habría comprobado que no siento no mínimamente lo que un día sentí por mi pronto, ex esposo.

Necesito tanto de alguien que me aconseje, que me ayude a aclarar el camino por donde estoy marchando, sé que la vida no es fácil y hay que afrontar lo que nos toque pero joder que no es fácil, hay situaciones más duras, drásticas y difíciles que otras, también depende de la persona con la que estás, hay veces que para evitar hacerle daño, hacemos cosas peores que en ese momento se ve como una salida pero la realidad es que solo estás causando una herida que dejará una marca imborrable. No quiero que Andrew sufra por mi culpa, lo amo y debe saberlo y entenderlo, pero ¿cómo le dices al amor de tu vida que confíe en ti cuando en tu pasado le dijiste lo mismo a quien considerabas que "amabas" y le fallaste? ¿cómo borras esa mancha en tu historial? ¿cómo sanas una herida que no es tuya, pero que has causado tú? No es fácil, jodidamente no lo es y vivir con la culpa y el peso de que en cualquier momento puedas decepcionar a esa persona es peor, más si él vive con paranoia de que volverás a fallar porque le has causado inseguridad de sí mismo y siente celos de esa persona que alguna vez fue alguien en tu vida.

Los pensamientos me taladran el cerebro y no puedo evitar soltar algunas lágrimas por la culpabilidad, por la debilidad y el poco valor que tuve para no hacer las cosas bien desde un principio.

Salí de la oficina de Andrew hace unas horas, llegué a mi casa hace otras más y viendo el reloj en la pared de la cocina que indica que son las tres y veinte de la tarde y aún no hay noticias de Andrew, me atormenta y no me deja en paz. No sé nada de él ni de su paradero y me duele el pecho de solo pensar que le pudo haber pasado algo porque al salir lo ví tan mal, que fácilmente puede pasar​ por una persona vacía, sin alma ni corazón, porque están destruidos.

Lo he llamado infinidades de veces pero en todas es lo mismo: "El suscriptor que usted ha llamado, no puede ser localizado. Su llamada, será desviada al buzón de mensajes". La voz de la operadora cada que marco su número y llamo, me fastidia grandemente y es como si se burlara de mi diciéndome una y otra vez que el maldito celular está apagado. Suspiro pesadamente y recargo mi cabeza sobre la fría encimera de la isla, dejándome llevar por mis demonios internos que me dicen que me aleje de Andrew para no hacerle daño, pero mi corazón me implora, que luche por él porque lo amo y que aquí no ha pasado nada de lo que tenga que arrepentirme realmente porque más bien, he logrado dejar todo aclarado en mi interior. Quizás ahora pueda ofrecerle más seguridad a Andrew. Ahora que sé realmente lo que una vez sentí por Dylan.

Una idea atraviesa mi cabeza y me levanto enseguida y tomo mi celular. Maldigo cuando no tengo el número de Jasper agendado y subo a mi habitación para cambiarme e ir a su casa para ver si tiene noticias de su hermano.

Tengo que hablar con Andrew y explicarle todo lo que ha ocurrido y rogar al cielo porque me crea y no me deje, no ahora que todo estaba marchando excelente entre nosotros con la idea de mudarme con él, casarnos en cuanto me divorcie y tener a nuestro bebé que crece en mi vientre.

¡Santa madre de las vírgenes!

Con tanta preocupación me he olvidado de comer y la verdad es que tampoco me ha dado hambre ni un poquito, pero debo alimentarme, no solo por mi sino ahora más que nada por mi bebé.

Luego de ponerle una falda plisada un poco más arriba de las rodillas color naranja y una blusa de seda blanca, junto a unas sandalias planas a juego, bajo las escaleras para preparar algo rápido y sencillo. Termino haciendo unas tortitas con tocino y jamón y el apetito se me ha abierto en cuanto el delicioso aroma de la comida ha llegado a mi nariz. Engullo lo que he preparado y tras beber un vaso con agua, tomo mi cartera con mis llaves, dinero y celular y salgo de la casa.

***

Media hora he estado aquí frente a la casa de Andrew y jasper y nadie sale, a juzgar porque no hay autos estacionados afuera, no hay nadie en casa y eso lejos de hacerme sentir bien, me agobia. Vuelvo a marcar el número de Andrew y contesta la misma operadora. Resoplo frustrada y arranca sin rumbo alguno, no tengo ganas de ir a mi casa a encerrarme en la soledad y sobriedad de esas enormes paredes ni tampoco seguir esperando que alguno de los dos hermanos llegue, porque no sé cuanto vayan a tardar y no me apetece estar sentada en el auto mucho rato. Mi espalda sufriría las consecuencias.

Aparco luego de una hora dando vueltas, en el Boulevard cerca del río y bajo contemplando la hermosa vista que tengo frente a mis ojos. Hay personas haciendo ejercicios, otros paseando sus mascotas y otros solo caminando y hablando o simplemente sentados en las bancas, observando los alrededores. El agua color verde azulado oscuro del río, se nota pacífica, el sonido de la brisa, apartado de todo el bullicio de la ciudad, producen un ambiente relajado y tranquilo. Solo que hace falta compañía, tanta inmensidad es digno de una buena compañía, lástima que no tengo a quien deseo a mi lado.

Mi celular empieza a sonar en mi cartera y me saca de mis cavilaciones. Lo tomo pensando en que solo puede ser él y sonrío cuando compruebo que así es.

—¿Andrew, dónde estás? —pregunto preocupada.

Estoy afuera de tu casa en este momento. ¿Dónde estás tu? —pregunta y sonrío nuevamente. Aunque la idea de lo que he pensado anteriormente pasa de nuevo por mi cabeza y me aturde.

—Estoy en el Boulevard, ¿quieres que vaya para allá?

No, iré a mi casa a cambiarme y descansar un poco. Estoy algo cansado, pero en la noche nos vemos. —su tono no me advierte de algo malo, solo me transmite sinceridad y suspiro.

—Está bien, te estaré esperando. Te amo. —digo esperanzada de escuchar una bonita respuesta.

Yo también te amo Megan. —dice y cuelga.

Mis ojos se llenan de lágrimas y las aparto rápidamente. No quiero que me vean llorar, tampoco quiero pensar que algo malo va a pasar, solo quiero seguir pensando que nos amamos con la misma intensidad y no nos vamos a separar.

Inevitable Entrega © |Completa|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora