9 • Sentimientos Intensos •

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Megan

Ocho de la noche y Andrew aún no se ha reportado. No me dijo la hora a la que venía pero me siento ansiosa de verlo y nerviosa de explicarle lo que sin titubeos me atreví a confesarle en la oficina.

Me veo nuevamente en el espejo, presa de la angustia y sonrío un poco al ver que me veo muy bonita y que a Andrew le va a gustar. Un vestido largo hasta los tobillos color lila con tirantes cruzados en la espalda y escote poco revelador, sandalias planas negras y solo un poco de maquillaje junto a mi pelo suelto, recogido de un lado.

Mi piel emana el exquisito perfume de Carolina Herrera y aunque mis ojos están algo apagados, siento la misma emoción cada que voy a verlo, producto de que estoy perdidamente enamorada de él.

El timbre del intercomunicador anuncia que ya ha llegado y corro hacia el panel, presionando al botón que abre las puertas del portón, dándole acceso. Veo a través del ventanal su auto deportivo color blanco, estacionarse justo al lado del mío, para luego bajar de el y dejarme sin aliento. Viste una camisa rosada clara arremangada en los codos y un jeans estilo pescador, una mano por debajo de la rodilla color azul claro y unos zapatos tipo Vans de la marca Tommy Hilfiger, dándolo un look despreocupado, sexy y provocativo.

El timbre de la puerta resuena en la estancia y sacudo mi cabeza obligándome a volver a tierra firme.

Abro y me encuentro con sus penetrantes y hermosos ojos verdes, brillar en cuanto me ve y un atisbo de sonrisa mientras recorre mi cuerpo de arriba a abajo y de abajo hacia arriba.

—Te sienta bien el embarazo. —dice con su fuerte voz grave.

Me sonrojo por el cumplido y le doy una sonrisa tímida.

—Aún no se me nota la pancita. —digo agachando la mirada, porque después de lo que ha sucedido esta mañana, no sé cómo actuar con él.

Sus dedos se posan en mi barbilla y me obliga a mirarlo, se inclina y posa sus labios sobre los míos. Me sorprende al mismo tiempo que mi corazón salta de alegría en mi pecho.

—Pronto lo hará y estoy seguro que te verás mucho más hermosa. —siento todo mi rostro caliente y me aparto para que él entre.

Aunque pienso que con nuestra vestimenta, deberíamos ir a otro sitio y no quedarnos aquí.

—Siento no haber atendido tus llamadas, cuando encendí el celular ví las notificaciones y me preocupé, pensé que te había sucedido algo malo.

—No es solo.. —me callo cuando lo veo negar con la cabeza.

—Vamos a cenar, luego hablaremos de eso. —comenta y asiento, incapaz de llevarle la contraria.

Además tengo hambre y lo que más deseo es estar con él, acurrucarme en sus brazos.

—Te amo Andrew, no sabes cuánto lo hago. —digo tras el breve silencio que se ha instalado entre nosotros.

Sonríe con dulzura y en sus ojos veo ese amor que tanto he anhelado que me transmita hoy.

—Y tú, no te imaginas cuánto yo te amo Megan. Si me he ido esta mañana de esa forma de la oficina fue para evitar soltar improperios y herirte, te amo más que a mí mismo y odio verte mal. —sonrío y salimos de la casa.

Después de explicar su manera de irse, me quedo más tranquila sabiendo que lo hizo para no hacerme daño, aunque me dolió que se fuera sin más pero admito que me hubiera dolido más escucharlo soltar veneno, con lo enojado que estaba por lo que le había confesado.

Minutos más tarde aparca el auto en un restaurante al aire libre y sonrío encantada por la vista desde aquí hacia el río east. La calle está luminosa y la luna en el cielo está muy brillante, no hay muchas estrellas pero aún así es una noche preciosa.

Inevitable Entrega © |Completa|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora