Ya suena, La oigo

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Es aquella traca en esa desnuda tierra,
la que se metía como una sierpe
de arena y mojada hierba.
Es esa caprichosa sirena que canta al cielo
la que cobija al día bajo su cabello negro,
y que soplando al naranjo nublo que tiñe el cielo
ahuyenta a las aves que cantan al río
y que entonan su orquesta al ritmo del viento.

¡Ay calurosa lluvia que me empapas el pecho!
Si os digo que escribo para evadirme del camino
forzado a mirar por si las piedras no he visto,
y que tras caer por él tras sufrir el olvido
me esfuerzo en seguirlo
apenas después de haberme erguido.

Sí, la verdad se ha dicho.
Pues siguiendo el arroyo
a vuestro encuentro he venido...

Poesia EroticaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora