Cuando todo comenzó

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El verano en corea resplandecía en su pleno apogeo, una estación donde el sol brillante y el cantar de los pajarillos motivaba a las familias a convivir al aire libre. La familia Cho y Kim no eran la excepción. Ambas familias se conocían de su tiempo de estudiantes por lo que una vez que ambos formaron sus familias el patriarca de cada familia se aseguraba de compartir momentos juntos.

Aquél sábado no era la excepción por lo que, decidieron realizar una comida familiar en el jardín de la casa de los Cho.

El jardín era extenso y en el centro se encontraba un piso hexagonal de cemento, en donde se situaba una mesa y distintas sillas, todo cubierto por un techo de madera que proporcionaba una sombra agradable. Debido a la larga amistad que tenían los padres, sus hijos mayores Cho Siwon y Kim Ryeowook se habían conocido desde pañales, por lo que, ahora a sus seis años se decían los mejores amigos. Estaban juntos en el jardín de niños y eran inseparables desde entonces, incluso se veían en las tardes para realizar sus tareas y jugar juntos.

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Ryeowook era hijo único, por lo que se la pasaba junto a Siwon que por el contrario él era el hermano mayor. Cho Ahra la hermana del medio, pocas veces jugaban los tres, debido a que a ella le encantaban los juegos de té y muñecas, mientras que a Siwon le molestaba que su hermana los involucrara en aquellos juegos de niñas. Al primogénito de los Kim le agradaba jugar con ambos, por lo que en muchas ocasiones obligó a su mejor amigo a ceder ante los deseos de su pequeña hermana. Pero cuando el menor de los Cho nació, el pequeño Kyuhyun, Siwon se negaba rotundamente a jugar con el pequeño.

Desde que Kyuhyun comenzó a balbucear y gatear, su hermano mayor lo evitaba sin ningún motivo aparente. Fueron muchas las ocasiones en las que él lo perseguía por el piso y el mayor huía, por lo que el pequeño terminaba en llanto y en consecuencia la madre de ambos regañaba al mayor. Sus padres tenían charlas constantes para que aceptara al menor, pero Siwon simplemente no cedía. Su hermana por el contrario compartía algunas de sus tardes con el bebé de la casa, pero el pequeño Kyuhyun siempre terminaba buscando a su hermano para jugar con él.

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Aquella tarde de verano se encontraban jugando en el arenero mientras esperaban que la comida estuviese lista, una barbacoa parecía perfecta. Ambos infantes habían decidido hacer un fuerte de arena para sus numerosas figuritas de soldados de plástico, Siwon representaba a corea del norte y Ryeowook a corea del sur. Cuando estaban en pleno enfrentamiento y discusión sobre quién iba ganando aquel encuentro, un pequeño balbuceo los detuvo.

— ¡Won! —Voltearon hacia la casa y encontraron a un pequeño infante de poco más de un año caminando torpemente mientras se sostenía de la mano de su hermana.

— ¿Por qué lo trajiste Ahra?, se suponía que estaba dormido —el pequeño Siwon miraba realmente enfadado a su hermana, no es que odiara a su hermano pequeño, pero sin duda no le gustaba que su actitud linda acaparara la atención de todos, incluso de su mejor amigo.

— ¡Él quiere jugar contigo Siwon! —le gritó su pequeña hermana mientras con esfuerzo cargaba al pequeño gordito entre sus brazos, le dio un beso en su mejilla regordeta y volvió su mirada ceñuda hasta su hermano mayor— mi mamá dijo que podía venir con ustedes.

— Claro que si Ahra —el pequeño Ryeowook  se levantó y sacudió un poco de tierra, caminó hasta la pequeña niña y tomó al bebé en brazos— ¡Hola pequeño Kyu~! —con sus manos lo tomó por debajo de sus bracitos y lo elevó, haciendo reír al bebé— quieres mucho a tu hermano Won, ¿Verdad que sí?

Eres tú [Kyuwook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora