Los recuerdos son una mochila con la que cargamos día tras día sin saber en qué momento nuestro corazón va a decir basta. Y es que a veces es necesario desprenderse de todo aquello que ya no es imprescindible en nuestra vida y que lo único que hace es destrozarnos más. Quizá en su momento llamamos hogar a algo que ahora simplemente nos hace sentir más vacío, que ya no nos da calor sino que nos agrieta por dentro. Va a doler. Pero cuando has querido tanto algo y se te ha terminado yendo de las manos, ¿cómo no te va a doler? Pero la valentía está en mirarte la herida y ver como poco a poco se va convirtiendo en cicatriz, en ver como con el paso del tiempo ese recuerdo no te hace estar tan anclada al pasado. En coger tú misma la propia sal y gritar del dolor hasta que acabes llorando de alegría. Ese día te darás cuenta de que no tienes por qué cargar con un peso que ya no está a tu lado, que no tienes por qué sentir ese dolor.
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Caminando entre la niebla
PoesíaCaminaba entre la niebla hasta que se topó con sus fantasmas. Eran ella. Y es que del pasado no se puede escapar, vuelve a ti junto con todos los recuerdos con el único fin de echarte abajo.