Aquella vez que te miré a los ojos
supe que sería la última.
El ambiente olía a despedida
y cada paso que daba me alejaba más de ti,
y tuve miedo,
eras mi punto seguro,
mi ancla,
no estaba preparada para enfrentarme a lo desconocido.
Al final el barco se fue a pique,
pasaron los días
y yo seguía en el fondo,
y en el lugar más recóndito de mi corazón
pequeñas palabras susurraban
que volvieras.
El tiempo pasó
y del naufragio aprendí dos cosas:
que tu punto de anclaje no sea otra persona
y que tocar fondo debe servirte para impulsarte hacia arriba.
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Caminando entre la niebla
PoesíaCaminaba entre la niebla hasta que se topó con sus fantasmas. Eran ella. Y es que del pasado no se puede escapar, vuelve a ti junto con todos los recuerdos con el único fin de echarte abajo.