『dos』

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Aquel día los pasillos de la empresa estaban más llenos de lo normal. Gente caminando de aquí para allá, Yoongi se preguntaba por qué de repente todos y cada uno de los empleados al parecer habían dejado todas sus obligaciones para hacer hoy. El vaivén de la gente le dificultaba poder llegar con rapidez a donde quería. Hoy, al igual que todos, tendría un día muy ajetreado, después de terminar de trabajar en sus composiciones debía ir a una de las salas de ensayo de baile y esforzar su cuerpo al máximo, cosa que a él nunca le había agradado del todo.

Finalmente abrió la puerta de una de las muchas salas y se instaló en la silla en donde se propondría estar mucho tiempo hasta que la pista en la que iba trabajando quedara tan perfecta como quería. Min Yoongi era caracterizado por ser extremadamente perfeccionista con su propio trabajo, no quería errores, imperfecciones ni obstáculos que pudieran retrasar su trabajo.

—Suga...—

Hablando de obstáculos y como si lo hubiera invocado con la mente, Hoseok apareció por la puerta entreabierta dirigiéndose al mayor por su nombre artístico.

— ¿Se te ofrece algo, Jung Hoseok?

—De hecho sí. En un par de minutos tengo que ir a la sala de ensayo, pero antes quisiera preguntarte... Has estado trabajando en una pista en específico, ¿no es así?

—Sí, ¿por qué?

—Nada importante, solamente quería expresarte mis respetos, se oye bien... lo haces bien.

— ¿Cómo que se oye bien?—repitió — ¿La has oído?

—Sí, desde hace días cada vez que paso por enfrente de aquí estás trabajando con los ritmos y los tonos... a propósito, deberías aprender a cerrar las puertas.

—Tienes razón, ahora mismo lo haré.

El pelinegro se levantó y se acercó a la puerta, donde estaba Hoseok a mitad de esta, ni adentro ni afuera. Tomó la manija como una señal de que estaba esperando a que se fuera.

—Está bien, tranquilo. Trabajas en soledad, así es mejor.—Le dedicó una de sus brillantes sonrisas y dio un paso atrás.

Pero antes de irse caminando a donde debía, dijo casi en susurro:

—Te veo en ensayos de baile.

Yoongi lo ignoró por completo, ignorando además que se cuestionaba cómo era que sabía que hoy también debía ir a la sala de práctica. Le dedicó todo su tiempo y atención al trabajo que tenía enfrente, que pronto se convertiría en algo grande.

Una vez finalizado lo que quería, se encaminó rápidamente a la sala en donde ensayaban. Pero su sorpresa llegó cuando al asomarse por la ventanilla de la puerta de metal, no había nadie más que solo una persona bailando en el centro de la sala. No dudó en entrar para encontrarse con el rostro de Jung Hoseok. Sin embargo, el susodicho estaba exclusivamente concentrado en su coreografía como para reparar en la presencia de aquel pálido chico.

Así que Suga se dedicó a apreciar los pasos de baile que daban señales de ser de alguna especie de estilo callejero, pero sin dejar de ser una perfecta ejecución. Los pasos que hacía estaban tan perfectamente sincronizados con la música que verlo era hipnotizante a los ojos de cualquiera.

— ¿Suga, estás bien?—Tal vez demasiado hipnótico.

—Sí… bien.

—Digo, no sabría si estás o no enfermo, eres tan pálido que no se puede diferenciar tu estado normal de algún estado con fiebre.

—Tomaré eso como un insulto.

La expresión divertida de Hoseok desapareció. ¿Estaba hablando en serio? Ya comenzaba a convertirse en un ambiente escalofriante para él.

—A propósito, gracias por apreciar mi trabajo y mis mezclas. A partir de hoy me fijaré más en tu baile, porque es increíble.

Al chico agitado por haber estado bailando le sorprendieron aquellas palabras. Los cumplidos se apreciaban, pero se apreciaban aún más cuando venían de personas frías que no parecen hacer de caso que existes. ¿Min Yoongi acababa de elogiar su esfuerzo en el baile?

—Sí, lo hice, Hoseok.

Moon meets Sun ↠ yoonseok.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora