『cinco』

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Se había vuelto costumbre entre Min Yoongi y Jung Hoseok el alentarse entre ellos cada día, por medio de miradas se decían todo un mundo de palabras. Era algo completamente nuevo para los dos el tener a una persona que los apoyara y les diera palabras de aliento cada vez que fueran a hacer algo. Tal como una especie de contrato que ambos firmaron sin darse cuenta en donde citaba que se levantarían el uno al otro. Porque la Luna siempre necesitará del Sol.

—Es inútil... no hay nada.

Una vez más Yoongi se había quedado hasta altas horas de la noche tratando de inspirarse, pero desgraciadamente nada lograba salir, era una de las pocas veces en las que su lápiz no escribía ni una sola palabra que le convenciera de que la letra de su nueva composición era buena. Intentó yéndose por otros temas, durmiendo, quemándose el cerebro para pensar en algo, pero nada funcionó. Desde hacía días algo estaba bloqueando su mente de cualquier idea, no podía hacer bien su trabajo, no podía escribir bien sus letras, no podía siquiera tocar las teclas del piano sin que sus dedos temblaran y terminara desafinando. Pero no sabía cuál era la razón de su repentina desconcentración.

Estaba a punto de abandonarlo todo hasta el día siguiente cuando el sonido incesante de su celular lo detuvo. Miró la pantalla pero no reconoció el número, así que no contestó, quien quiera que sea debería de tener una idea de la hora que era y debería dejar de molestar.

Dejó que el tono de llamada de su teléfono sonara una y otra vez, no estaba dispuesto a contestar. Finalmente la persona del otro lado de la línea dejó de insistir y un segundo después llegó un mensaje de texto. Posiblemente era la misma molesta persona, lo confirmó cuando echó un vistazo rápido y efectivamente era el mismo número que ha estado llamando. Dudó unos instantes, la pereza estaba haciendo de las suyas cuando estuvo a punto de apagar el celular para no ver el mensaje, pero al final lo abrió de una vez por todas.

«Ve a dormir ya, estás haciendo un sobreesfuerzo y no será bueno para tu salud. Descansa de una vez.» citaba el mensaje en un párrafo corto y decidido.

Yoongi no obedecería esa orden ni aunque viniera de su madre, mucho menos lo haría de quien fuera que estuviera detrás de esa que pensó que era una mala broma.

—Por supuesto...—susurró con ironía a la nada misma.

Y como si el autor del mensaje lo estuviera observando desde algún lugar, volvió a sentarse en la silla y siguió esforzando su mente hasta más no poder, solamente para ir contracorriente, como siempre. Era de lo más típico que Min Yoongi siempre hiciera lo contrario cada vez que alguien le decía qué hacer.

Mientras se reía solo pareciendo un loco, recibió otro mensaje. Se preguntaba hasta dónde tendrá la paciencia a aquella persona como para seguir molestando a alguien que lo seguirá ignorando por el resto de la noche. Se le hizo divertido leer aquellos mensajes de advertencia si no se iba a dormir, diciendo que el derrame cerebral que tendría no sería nada comparado con lo que esa misteriosa persona le haría. ¿Matar a alguien que no quiere dormir? Eso le parecía muy madre-enojada-sobreprotectora. Quien sea que estuviera escribiendo los mensajes, no recibiría ni una sola respuesta, tan solo recibiría más estrés por el hecho de que él no se movería de esa silla, a menos que alguien viniera y le diera la orden de quedarse ahí sentado.

Moon meets Sun ↠ yoonseok.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora