¿Cómo puedo enamorarte?

3.-Robo de la bicicleta

Capítulo 3

Robo de la bicicleta

Layla Pov'

Me desperté como todos los días, cansada. Me di una ducha caliente, me vestí, me arregle, y luego baje a desayunar.

-Buenos días mamá. -Salude a mi madre.

-Buenos días cariño. -Dijo ella acercándose para darme un beso en la mejilla.

Yo me senté en el comedor y comencé a ingerir lentamente mi desayuno, no tenía ninguna prisa, estaba a tiempo.

-Querida, te han dejado una carta. -Aviso mi madre.

-¿De parte de quién? -Le pregunté.

-Creo que un chico guapo... -Respondió ella con una sonrisa.

En eso, papá entro en la cocina y se acercó a mi para darme un beso en la mejilla.

-¿Así qué un chico guapo, eh? -Preguntó papá.

Yo rodé los ojos y mamá río, siempre amaban fastidiarme con los chicos.

Yo tome la carta de las manos de mi madre y la abrí para leerla.

"Para: Layla

De: El departamento de Skate Palm Beach

Estimada srta. Layla, tenga el honor de asistir al campeonato regional de skate, el día 16 de Febrero en el mirador juvenil.

Agradecemos su asistencia, y sin ningún otro inconveniente, que tenga un buen día."

Me quede bastante asombrada ya que, por lo general invitaban a gente importante, y por lo que me daba cuenta, ahora yo era una.

-¿Quien era? -Pregunto mi madre.

-El departamento de skate, quieren que asista al campeonato regional.

-¡Genial! -Grito mi padre.

Mamá sólo rodó los ojos, a ella no le agradaba la idea de que yo me juntara con las personas de las pistas de patinaje.

Mire mi reloj y me di cuenta de que ya era hora para que me fuera.

-Adiós, me tengo que ir. -Les dije.

-Ok hija, nos vemos el sábado ya que vamos a estar en viajes de negocios. -Grito mi padre.

Yo intente no pensar en su grito, ya que era un día feliz, y el hecho de que se fueran, no algo muy agradable. Pero claro, tenía que admitir que en cada viaje que hacían, me traían un regalo, y eso era lo que me gustaba.

Salí de casa, tome mi bicicleta, y anduve hasta el colegio. Al llegar, me lamenté de no haberme ido en el autobús o en coche, ya que ahora me acordaba de que no había traído el candado para la bicicleta.

-¡Condenada suerte la mía! -Susurré.

Bueno, no tenía otro remedio que rezar para que no me robarán la bicicleta, además ¿quién quiere robar una bicicleta tan vieja como esta? Sólo es una chatarra que sirve como medio de transporte, y que ayuda a ejercitar las piernas claro.

En el nombre de Dios, deje la bicicleta y entré al colegio.

Mi primera clase era matemáticas, algo que realmente odiaba. Me dirigí a mi salón, y una vez allí me senté en mi puesto, pude observar como Lucy discutía fuertemente con Josh, uno de los organizadores del día de san Valentín, preferí no prestarle atención y esperar al que el profesor llegara.