¿Cómo puedo enamorarte?

10.-Estaba seguro de una cosa

Capítulo 10

Estaba seguro de una cosa

-¡Layla, baja a almorzar! -Grito mi madre desde abajo.

-Déjame terminar de vestirme... -Grite yo.

-Bueno, pero apúrate. -Chilló.

Yo asentí, y seguí intentando encontrar que me pondría.

Lo sé, mamá perdería la paciencia en unos veinte minutos cuando no bajará a almorzar, pero es que parecía que todos tenían los nervios a flor de miel hoy. Por lo menos papá, esperaba a que el reloj marcara las 7:00 pm, para recoger a su socio en el aeropuerto. Mamá, estaba angustiada preparando la cena, ya que toda la familia del socio de mi padre vendría para acá. Y yo, sólo me concentraba en lucir perfecta para Colton, ayer habíamos quedado en que el vendría a las 8:00 pm.

-¡Layla, baja de una buena vez! -Grito otra vez mamá.

Solté un bufido, y baje las escaleras en pijama, mamá se sorprendió al verme todavía como había amanecido, y no tardo ni veinte segundos para comenzar su típico sermón.

-¡Son las 6:00 pm, y tu no estas lista, ni lo estarás, porque me ayudarás a terminar de preparar el cerdo, y te arreglarás yo no se cuándo! -Grito.

-Esta bien mamá... -Resoplé.

Me senté en la mesa, y comí mi almuerzo en forma lenta con tal de no ayudar mucho con la preparación del cerdo.

-Bueno Layla, tengo que salir a comprar algunas cosas, tu te quedarás a cocinar el cerdo y adobarlo. -Dijo rápidamente.

Me quede un poco confundida ya que no tenía idea de como preparar un cerdo, pero al parecer mamá contaba mucho con eso.

-Mamá, ¿Taylor no puede ir a comprar las cosas? -Pregunte.

-No Layla, quiero que ya pongas en práctica las clases de cocina que te di hace un tiempo. ¡Adiós!

Y se fue, dejándome sola con un cerdo crudo.

Las supuestas clases de cocina habían sido hace un mes, y no les había prestado atención siquiera.

Subí a mi cuarto a buscar mi teléfono e intentar hallar en la web como preparar un cerdo, pero yo tenía tanta suerte, que recordé que el idiota de mi hermano había dañado el wifi hace unos días.

Mi mente iba a colapsar pronto, tenía que buscar una solución.

Y entonces una idea vino a mi cabeza, contratar a un chef. Si, le tendría que pagar con mi mesada, pero no tenía opción.

Camine al cuarto de Taylor, y comencé a tocar su puerta fuertemente.

-¡Taylor! -Grite.

-Pasa. -Entono débilmente.

Al entrar, vi como mi hermano vagueaba en la cama, enrollandose en su cobija, queriendo parecer un colibrí, o algo por el estilo.

-¿Que intentas? -Le pregunte.

-Quiero sentir la corta vida de los capullos.

Ah ok, ahora mi hermano se había vuelto totalmente loco.

-Taylor, necesito tu ayuda. -Añadí.

-Dime.

-Necesito el número de un chef urgente.

El comenzó a reír, y después de varios segundos ya no quedaba nada de su intento de capullo, lo había desarmado con sus carcajadas.

-¿Qué crees Layla? ¿Qué puedes contratar a un chef así de simple? -Pregunto risueño.