¿Cómo puedo enamorarte?

9.-¿Te gustan los lagos?

Capítulo 9

¿Te gustan los lagos?

Layla Pov'

Ok Layla, respira y actúa con calma.

-Colton, te lo puedo explicar... -Pronuncie asustada.

-Ok.

Comenzaba a sudar y mis manos temblaban, por lo que decidí hablar antes de que la situación empeorara.

-Si, yo robe tu camisa. -Admití. -Pero lo hice por una buena causa.

El siguió mirándome a los ojos, y al contrario de sentirme amenazada porque me llamaría ladrona, sentí lo contrario, que me disculpaba antes de darle una explicación.

-Ok, dime la buena causa.

-La vi que estaba sucia, y un poco descosida, por lo que decidí llevarla y acomodarla. -Mentí. -Discúlpame si no te gusto el gesto.

El sonrió suavemente, y acercó su mano para acariciar la mía la cual se encontraba sobre la mesa. Delicadamente bajo sus dedos uno por uno, hasta las yemas de mis dedos, causándome cosquillas y un rubor en mis mejillas.

-Al contrario, me encantó tu gesto. -Dijo lentamente. -Además... -Pero no siguió hablando, se limitó a rascar su cabeza incómodamente y a mirarme un poco tímido.

-Además... -Dije yo.

-Además creo que fue dulce lo que hiciste.

Yo le sonreí, y me sentí la persona más dichosa del mundo.

-Gracias. -Fue lo único que se me ocurrió decir.

-Gracias a ti, por sonreír de esa encantadora manera que tienes.

-Colton... -Dije casi por instinto.

-Dime.

-No digas eso...

-¿Por qué? -Pregunto confundido.

-Porque me haces sonrojar.

El río y tomo un poco de agua.

Luego concentro su vista en otro lugar.

-Layla, si te volteas, puedes observar que hay tres chicos que esperan que esta noche sea una basura. -Comenzó diciendo. -Empezando por tu hermano... Así que, ¿por qué no les demostramos que no será así?

-¿Y cómo lo haremos? -Pregunte.

-Fácil. -Dijo él. -Haciéndote sonreír, y eso implica que me digas que quieres hacer.

A ver, era la oportunidad de mi vida, lo que siempre había esperado, pero jamás pensé que sería así, que se sintiera así.

-Bueno, quiero irme de aquí, tengo frío en los pies... -Comencé diciendo.

El río.

-¿A dónde quieres que te lleve?

Puse a trabajar mis neuronas buscando el sitio perfecto, pero no dio resultado, sólo venía a mi cabeza una playa y una cena allí, pero odiaba la arena en mis pies, y la brisa alborotando mi cabello.

-Llévame a un sitio, en donde no haya frío, y en donde no cocinen comida gourmet, porque esa comida me deja igual de hambrienta. -Dije espontáneamente.

-Bien, entonces tengo el sitio perfecto. -Dijo el.

Los dos nos levantamos del asiento, y salimos del restaurante, los otros tres continuaban siguiendonos, pero la presencia de ellos era lo que menos importaba ahora.