Las gotas de lluvia se deslizan sobre mi rostro, fusionándose con las saladas lágrimas que surcan mi piel. El cielo gris es testigo de mi desdicha, las oscuras nubes saben mi pesar y el sonoro caer no hace más que derrumbarme.
Estoy consciente de mi malogrado aspecto, que mi ánimo esta por los suelos y que el amor que una vez tuve junto a mí ya no volverá jamás.
Los recuerdos de aquella época inundaron mi mente, remontándome a los tiempos en que lo tuve lado mío, cuando todo parecía un sueño; uno en el que solo existíamos él y yo.
Sonreí con pesar, cuánto añoraba su compañía.
Contemplé el cesar de la lluvia. Mis prendas estaban totalmente empapadas, tendría un resfriado asegurado, de ello no cabía duda; pero lo valía, pues sólo eso lograba liberarme aunque fuese unos momentos de la carga en mi pecho, sintiéndome llenar de tranquilidad.
—¡Yuri Plisetsky! —Oí el llamado mi compañero JJ, desde la entrada del departamento—. Entra ahora a darte un baño.
No contesté, simplemente caminé a su dirección pasando de largo al ingresar.
—¡Estas mojando todo, tonto! —regañó el canadiense yendo en busca de algo para secarme—. Ten —Me aventó una toalla , la cual chocó contra mi cabeza.
—Qué sutil —comenté mientras secaba mi rubia cabellera.
—¿Por qué estabas afuera? —preguntó tomando asiento en uno de los muebles.
—Ya sabes la razón —respondí con simpleza, para acto seguidos encaminarme a mi respectivo cuarto, cerrando tras de mí la puerta.
Detestaba que preguntara aun conociendo el porqué, entendía su preocupación hacía mí; sin embargo, en este día lo que menos deseaba era hablar con alguien.
Sentado en el amplio colchón blanquecino, pensé en esos brillantes ojos color chocolate que tantas veces me brindaron miradas llenas de amor y dulzura, aquellos que me profesaron la calidez que necesitaba, esos que tanto adoraba.
Expulsé el aire contenido en mis pulmones al recordar su persona. Aun si pasaran mil años nunca podría olvidarle.
—Me haces tanta falta, Yuri —murmuré al aire con voz quebradiza.
Y mientras allá fuera personas se refugiaban en sus hogares, yo estaba entre estas cuatro paredes, en medio de mi cama abrazando una almohada pensando en nada más que en su recuerdo.
Las nubes se obscurecieron, eliminando la poca visibilidad que tenía a mi alrededor. Prendí una lámpara que tenía en la comoda al lado mío, permitiéndome ver la foto enmarcada de aquel día en que lo conocí.
La tomé entre mis manos, pasando mis dedos con delicadeza, delineando su figura. Pequeñas lágrimas se deslizaron por mis mejillas.
—Regresa por favor —Mi rostro se contrajo en una mueca de profundo dolor—. Prometo hacer las cosas bien esta vez, prometo no ser tan testarudo, prometo llenarte de besos cada mañana, prometo no celarte cada que un tipo te viese, prometo mil y un cosas más, pero por favor, vuelve...
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20 de Octubre. | YuYu
FanfictionYuri Plisetsky, en busca de unas tranquilas vacaciones, viaja a Hasetsu; sin embargo, aquello era lo que menos tendría. Diversos acontecimientos suceden, cambiando así el rumbo y perspectiva de la vida del joven ruso, a tal grado de encontrarse ahor...