Fragmentado || Rubelangel ||

Un día normal 1/2

Narra Ruben.

-Entonces lo vi...mi siguiente víctima. Iba encapuchado, con las manos en los bolsillos y con su vista al frió y húmedo suelo de la ciudad. Caminaba a paso lento cruzando por un callejón oscuro y estrecho. Era mi oportunidad, aceleré sigilosamente mi paso hasta estar detrás de él, mi mi brazo se extendió y con los dedos de la mano le di un leve toque en el hombro, dio un pequeño salto y se volteo a mirarme. La expresión de su rostro estaba completamente asustada, de seguro porque habrá notado las gotas de sangre en mi cara.

-¿t-tu...q-quien eres?- hablaba con voz temblorosa, mirándome a los ojos.
-yo...yo soy un chico que busca pasar un buen rato, saciando su sed casi insaciable- me acerque lentamente.
-n-no me hagas n-nada. Te daré t-todo lo que tengo- entonces, comenzó a vaciar sus bolsillos dejando caer en frente de mi todo tipo de cosas materiales. Mire aquellos objetos de valor y luego lo miré sonriendo amplia mente.
-Muy bien...-dicho esto pateé con fuerza todas las cosas que hace un momento estaban a mis pies- la cosa es, chico, que lo que busco no es cosa que puedas comprar- al escucharme sus pupilas se contrajeron y su expresión estaba cada vez mas asustada. Genial.
-t-tu..eres...- asentí. El chico puso sus manos en mi pecho y me empujo bruscamente. Es más divertido cuando dan pelea. Salio corriendo tratando de salir del callejón. Para su suerte lo alcancé e hice que cayera poniendo mi pie entre los suyos. Ya en el suelo se volteó yo me puse encima de él y con una mano lo tome por el cuello tratando de asfixiarlo.

-¿te has encontrado con un terrible destino...verdad?- lo solté del cuello y enterré mi navaja en sus costillas. Tape su boca al instante él, soltó un gemido ahogado de dolor. Lo volví a tomar por el cuello y lo levante poniendo su espalda contra la pared. Mi navaja volvió a quedar en su cuerpo, esta vez, en su abdomen. Al momento de enterrarla la sangre salpico manchando mi rostro. Reí cínica mente y volví a encajar el arma en su costillas, ahora esta daba vueltas haciendo que él se retorciera de dolor. De su boca salia un hilo de sangre que se deslizaba por su mandíbula hasta llegar a su mentón, manchando su pantalón. El tío soltaba gemidos de dolor cada vez que sentía mi cuchillo entre su cuerpo dando vueltas, yo solo podía sonreír y disfrutar de aquel momento. La sangre se deslizaba con rapidez. Lo mire a los ojos y en estos sus pupilas se dilataron hasta tal punto que supe que...-¿ya has muerto?- reí -últimamente no duran mucho- me hinque hasta quedar a su altura, lo tome por el mentón y le bese los labios -AB positivo. tu sangre es difícil de obtener, que suerte que ahora es mía- soltó su último suspiro y cayo al suelo. La sangre que él tenia en los labios, ahora estaba en los míos, era deliciosa -bueno, siguiente paso- le hice un corte profundo en el cuello logrando que saliera la mayoría de sangre. Yo la estaba recolectando en estas bolsas especiales para eso, recolecte 5 llenas, hubiera podido tomar más, pero estaba disfrutando tanto de su dolor que me olvide de que sangraba -ya estás- lo mire a los ojos...no lo dude ni un segundo más.

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Ya en mi casa, me quite la chaqueta que estaba en mis hombros y la colgué. Puse el par de ojos en un frasco lleno de agua y me los lleve junto con la sangre al cobertizo de la casa que se encontraba bastante escondido, deje el frasco en una repisa y la sangre en una nevera para que no se echara a perder. Baje de nuevo y lave el cuchillo junto con mi cara al igual que mis dientes. Levante mi vista, mis ojos se vieron a si mismos por medio del espejo -al menos...ya están verdes de nuevo...- me separe de el espejo y fui a la cocina perdiendo de vista mi reflejo, me hice un café. Pase de la cocina para ir a la sala, me senté en el sofá y me quede mirando una película que termino dejándome dormido.

¡¡DESPIERTA!! -¡¡AHHH!! ¡¿QUE?!- me levante de golpe del sofá. -deja de despertarme de esa forma ¡coño!- me estire y arqueé la espalda, al hacer esto se escucho un "crack" -Dios...mi espalda...joder- suspire y bostece -¿que horas es?- mire mi reloj de pared- es...¡hora de aventura llama a tus...-suspire- necesito amigos, coño- me burlé de mi mismo por la estupideces que decía. ¿Amigos?...¿que mierda es eso?. Me levante del sofá y camine hasta la cocina, al igual que anoche llene una taza con café -miau...- las gatas. Deje de lado la taza y me volteé para sacar la comida de las repisas. Me acerque al los platos de comida y ahí lo deje -poneos gordas siiiii- les acaricie el lomo, tome mi taza y regrese a la sala, encendí la tv y me lance al sofá. De nuevo el día paso lento, me duche, organice la casa, limpie la caja de arena de las gatas, me hice el almuerzo, almorcé, leí, jugué un rato con las gatas, incluso dormí. -¿cuanto tiempo me queda?- revise el reloj de mi muñeca y me puse nervioso -valla...quince minutos- me levante apresurado de la silla en la que estaba sentado, bajé al sótano y aliste los frascos, jeringas y bolsas que necesitaba, las lleve a la primera planta, fui a mi habitación y me puse mi sudadera negra con capota, aliste mi cuchillo y el reloj sonó. Fui rápido al baño y mis ojos se vieron de nuevo -Hola otra vez- reí y salí de mi casa con todo listo.

Narra escritora  

Por un callejón, en una noche fría, se oían los sonidos de una persona siendo...ahorcada. Suplicando como podía, por piedad pero...no obtenía ningún resultado. Una risa sádica se oía por ese mismo sitio, estaba llena de satisfacción seguramente gozando de lo que ocurría.

Los gemidos de dolor de aquella persona disminuyeron hasta tal punto de no escucharse absolutamente nada. Y un murmullo con voz ronca rompió aquel aterrador silencio

- ¿te has encontrado con un terrible destino...verdad?  

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//30 - mayo - 2017//

Bye Bye criaturitas del mundo.