Fragmentado || Rubelangel ||

Un cambio...para mal.

Antonio

"- Rubén...¿Qué tanto miras...?- desde hace tres días estaba igual. Era inquietante...Tan solo se quedaba mirando un punto perdido de la casa. Por más de cinco minutos...sin moverse...sin hablar...

-A mamá..."

"-¡¡Ahh!!- gritó. Ergui mi cuerpo de golpe asustado. Era de noche y Rubén estaba en una esquina de la habitación acurrucado y llorando...¡¿Que hacía Rubén llorando a esta hora?! Quité con brusquedad las mantas sobre mí y salí corriendo hasta dar con él. Estaba frío, temblaba...

-Amor...- llamé rodeándolo al instante, no se sobresaltó, sólo se aferró a mi mostrándome sin lugar a dudas que estaba asustado. No paró de llorar, y sumado a eso empezó a balbucear cosas inentendibles para mi..."

"-¿Cariño, que te parece si...?

-Joder macho. Calla es puta boca, joder. Déjame ver la tv en paz...ahh-  Me interrumpió de esa manera tan extraña y borde que siempre lograba lastimarme....Este no era mi Ruben..."

"-Eres mi Tono, Tonito -Sonrió mostrando sus mejillas coloradas. Sonreí de igual forma.

-Tines que saber que te amo, pedazo de poste -Reí junto a él.

-Prefiero ser un poste a un chichón de piso. -Le di un golpe en el brazo.

-Cállate, cabrón.

-Que enojón- Rió- Te amo Antonio - Soltó y me sonroje, Eran escasas las veces que aquello salía de sus labios. Dos simples palablas hacían revolotear miles de mariposas en en mi estómago. Era único.

-Te amo, Rubén..."

No sabía en qué pensar. En las últimas semanas Rubén había sido demasiado...Bipolar. Sus emociones no tenían control alguno ya que de un momento a otro lloraba o reía o se enojaba.

Me tenía bastante preocupado y por él, varias veces tuve que salir corriendo del trabajo porque me llamaba llorando y eufórico pidiendo que lo ayudara.

He tenido la grata oportunidad de conocer al señor Miguel, mi jefe, y por haber escuchado y visto las juntas y trabajos que hacía con sus compañeros de clase me enteré de lo que estudiaba, en qué era especialista y si de alguna forma podría ayudarme. Para mi suerte descubrí que sí, y estaba dispuesto a todo por saber algo más de como tratar la enfermedad de Rubén, es un trastorno mental complejo, que puede regularse con medicamentos especiales que aún no sé como se llaman. Esperaba de corazón que mi jefe me ayudara con este tema ya que, más que yo, mi trabajo u otra cosa, Rubén se volvió una prioridad en mi vida, y aún más que sé que debo cuidarlo. En poco tiempo se volvió algo tan grande en mi vida que por más que sé que va a ser difícil de tratar y cuidar estoy dispuesto a hacerlo....Rubén es Rubén...y tenga las cosas que tenga no va a dejar de ser maravilloso y excepcional a mis ojos. Realmente amo a ese gilipollas.

-Señor Rogel, tengo su café- estaba frente a la puerta con una bandeja en las manos.
-Pasa- se escuchó al otro lado y obedecí en seguida.
-Aquí tiene, señor- caminé hasta él quien estaba recostado en su cama revisando el celular. Al verme se acomodó dejando el móvil sobre la mesa de noche. Me acerqué y puse la taza en su mano.
-Graciah Antonio- Negué con una sonrisa. Inhale profundo acomodando las palabras para poder hablar adecuadamente.
-Disculpe señor..¿Puedo...hacerle una pregunta?- Sus ojos se posaron en los míos.
-Claro. -exhale con pesadez.
-Como usted sabe estas últimas semanas he sido menos consecuente con el trabajo, y eso...Tiene una clara explicación...-Hablé decidido
-¿Y la explicación eh...?
-M-mi...pareja
-¿Tu pareja...? -preguntó incrédulo.
-Sí señor, el caso es que él últimamente tiene muchos cambios de humor constantemente. Como usted ha podido ver, aveces me llama llorando o muy alterado diciendo que me necesita. Yo siempre pido su permiso o el del señor Abraham para poder retirarme...Al llegar no tengo más remedio que consolarlo, siempre está tan desesperado que me preocupa mucho. Y creo que sé que tiene, y creo que usted sabe como tratarlo- Terminé recuperando el aire que había soltado. Él simplemente me miraba sorprendido por no sé que cosa, y me asusté un poco.