Papi y bebé.

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Da una calada profunda a su cigarrillo, alejando su brazo hasta el cenicero que descansa en el buró junto a él. La única luz que alumbra la habitación viene de una larga lámpara, parada en la esquina derecha del lugar. Su luz es naranja, tenue. En 5 minutos ya se ha fumando dos y éste es su tercero. El humo se le atasca por la garganta pero no toce, simplemente se queja en un gemido. Y no precisamente por culpa de esa nubecilla negra.

Harry está haciendo su trabajo, chupando a Louis. Sabe que a su bebé le encanta hacerlo y no podía negarse a sus pedidos para jugar.

Siente como el menor aprieta la base de su pene, chupando la punta, haciéndolo gemir roncamente. La colita de Harry rebota sobre su cabeza por los movimientos que hace
Algunos cabellos se escapan de ella, cayendo al rededor de su rostro. Haciéndolo lucir más hermoso y delicado de lo que ya es por costumbre.

Llevaban así, tal vez ¿año y medio? Louis cree que si. Ninguno de los sabía como habían empezado. Sólo recuerda que un día Harry ya estaba empotrado a la meseta de la cocina, gimiendo por su Papi estaba en lo más profundo, dentro de él. Al principio habían pensando que sería cosa de una vez, porque el rizado se sentía culpable. Louis lo entendía, pero necesitaba más. Las cosas se fueron haciendo frecuentes. Cada mes, cada semana, cada tres días... todos los días. Harry comenzó a llamarlo Papi y desde ahí el castaño se dio cuenta que no iban a parar.

Nadie sabía de esto, sólo Louis y Harry. O eso era lo que el mayor creía, porque el de ojos verdes le había contando todo a su primo Niall, quien juró mantener la boca cerrado. Y ha cumplido su juramento. Obviamente, Alanna no estaba enterada de eso. A Louis le daba un poco de risa, incluso, a veces ellos eran muy obvios. Se guiñaban los ojos, se envían miraditas y la mujer ignoraba todo ello. Seguro estaba tan atareada con la boda, que no podía pensar en nada más.

Louis sale de sus pensamientos cuando los dientes de Harry aparecen en el acto. Su cara de contrae de placer, juntando las cejas y cerrando los ojos. Como instinto, alza las caderas, pidiendo más. Alcanza el fondo de la garganta de rizado, provocando una arcada. Eso no lo desanima, al contrario. Ayuda a que haga su trabajo más rápido y profundo. Las uñas esmaltadas en azul cielo de Harry se entierran en las caderas de Louis, cuando él comienza a restregarse contra el colchón. Alanna siempre odió que Harry fuera tan femenino. Que usará esmaltes, cosas en el cabello, y que tuviera largo éste mismo. Todo eso es lo que Louis ama. Ama a su delicado bebé.

—Papi... —Harry se queja con voz rota.

Sigue frotándose, imaginando que es su Papi quien lo toca. Le encanta chupar a Louis, porque sabe que lo disfruta. Además, cuando termina le dice que ha sido un buen bebé, tomándolo todo hasta el final. Hoy su Papi sabe a fresas, posiblemente por el jabón de baño.

Cuando el rizado entró a la habitación para acomodar la ropa limpia, Louis estaba saliendo del baño. Con el cuerpo y cabello húmedos, una toalla colgaba por el borde de su cadera. Harry le había sonreído inocentemente. Cuando terminó, el castaño ya estaba recostado en la cama, tocándose a él mismo. Los ojos verdes del joven habían brillado en total deleite de ver a su Papi así.

—¿Puedo jugar contigo, Papi? —Harry preguntó, acercándose a él, lentamente. Observando las manos del castaño subir y bajar por su grueso y largo falo.

Louis le sonrió de lado.

—Sabes que si, princesa.

Harry ama ser llamado así. Le gusta que al momento de estar con Louis, le hable de manera delicada pero sucia a la vez. Siempre diciéndole apodos como: Bebé, nena, o el favorito de Harry. Princesa.

Porque él es la princesa de Papi.

Entonces, con una mano sostiene la polla a Louis, y con la lengua traza todas y cada una de las venas que sobre salen de la erección. Tiene la punta roja, casi morada y húmeda de la saliva de Harry y el líquido preeyaculatorio. Oye al mayor jadear por falta de aire. Lo conoce muy bien y sabe que es lo que le gusta o no. Esto le encanta. De un sólo golpe, se mete todo la boca, tarareando de gusto. Louis gime por las vibraciones de la garganta de Harry. Se siente tan bien que pronto se correrá. Pero hoy no tiene ganas de hacerlo en su boca.

—Venga, bebé. En cuatro, ahora. Papi quiere comerte antes de follarte como te gusta.

Harry da una última lamida a la ranura de la cabeza, limpiando el líquido de presemen que sale. Siente desfallecer por la propuesta de Louis. Le encanta ser comido por su Papi.

—Quítate la ropa.








Ésta es la primera parte, en la próxima pondré el smut jejox. Díganme que les parece :(. No creo que sea una historia tan larga, esperemos que ésta vez si lo cumpla.

Nos vemos después y gracias por leer💙

todo por papi ❀ lsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora