Harry quita su camisa gris de algodón por arriba de la cabeza. Sus tatuajes brillan por la ligera capa de sudor que su cuerpo desprende. Louis lo observa maravillado, todavía desde la cama. No puede creer como alguien puede ser tan bello haciendo una acción tan simple como desvestirse.
—Papi, ayúdame.
Sin que se lo pidan dos veces, Louis se pone de pie. Camina hasta Harry, poniéndose frente a él. Con los dedos, quita el botón de los pantalones del más alto. Quiere gemir apenas ve la erección del rizado salir por el borde de sus cortos boxers.
—Recuéstate. Te quitaré esto.
Le ordena con voz neutra. Harry obedece, dejándose caer de espaldas sobre la cama vestida en colchas naranjas. Eran feas, Louis las odiaba pero no podía decir nada, Alanna las amaba.
Desde los talones, el mayor tira de los pantalones entallados, llevándose con ellos la ropa interior. Harry suspira al sentir el frío viento acariciar su cuerpo desnudo. Una vez si nada, vuelve a tomar asiento, quedando justo frente al estómago de Louis. Sonríe y lo besa.
—Espera, bebé. Arreglaré tu cabello.
Quita la liga del cabello de Harry. Su cabello cae en forma de cascada por sus hombros, las ondulaciones bailan alrededor de sus omóplatos. Con ayuda de sus dos manos peina su largo cabello, cuando cree que está bien, lo enrrolla en una bolita, después lo ata firmemente.
—Listo. Te ves bonito, amor.
—Gracias, Papi. Me gusta verme así para ti.
—Solo para mi, ¿verdad?
—Para ti y nadie más.
Louis asiente feliz por la respuesta que su princesa le ha dado.
—Papi yo... yo quiero besitos.
—¿Te los has ganado? —alza una ceja, viendo a Harry asentir repetidas veces.
—Si. Fui buen bebé cuando te la chupé.
Sabe que tiene razón. Así que le ordena sentarse sobre sus pantorrillas. Algunos rizos que no llegan al final de la coleta, salen sueltos por su nuca y frente. Louis los peina para atrás antes de besar los labios de Harry. Es rudo, fuerte. El de ojos verdes se queja por el impacto pero no se separa. La lengua de Louis entra a la boca de Harry. El chico de deja besar sucio por su papi. Le encanta en la manera de Louis le besa rudamente, pero al mismo tiempo está acariciando delicadamente los vellitos en su nuca.
—Ponte como me gusta, bebé.
Siendo obediente, toma la posición sobre sus rodillas y antebrazos. Abre sus piernas lo más que puede, para que el mayor lo pueda comer bien. Louis observa el tatuaje de Harry en el interior de su muslo. En el se lee "Papi". Está hecho por él, con su caligrafía. No puede describir que tan bello se ve su bebé en éste momento. Abierto y gimiendo, desesperado por él.
Sus delgados dedos abren las nalgas del rizado. Son blancas -por ahora- y redondas. El dedo índice de Louis pasea al rededor de la entrada de Harry, puede sentir como éste último se estremese. Sin aviso alguno, lo mete. Los labios rojos del menor son mordidos por sus propios dientes. Un azote llega a su trasero, asustándolo aún cuando lo esperaba.
—Alguien ha sido una nena mala... jugando con ella misma.
—No, yo no...
—No mientas.
—No miento, Papi.
—Ahora me contradices.
—Papiiii, por favor.