Capítulo 2

484 63 6
                                    

"Recuerda... un hecho trágico jamás se olvida"


*Un año después.*

-Hoy nos encontramos aquí reunidos para recordar a nuestra hermana, amiga y compañera fallecida: Melissa Charlton, quien fue arrebatada de nuestro lado hace un año. Oremos por ella. Oremos porque ella no encontró paz en la hora de su muerte, pero si la encontró con nuestro padre Jesucristo-. El padre comenzó a leer partes de la biblia mirando, en periodos de tiempo, a todos los que allí se encontraban.

-No puedo creer que ya haya pasado un año-. Zuleyka observó la lápida de Melissa, repleta de flores y notas de cariño.

-Es raro estar sin ella. Sin sentir esa fuerza que ella tenía-. Añadió Tayla.

-Ella no se lo merecía. Jamás fue mala con alguien-. Sara sintió un nudo en la garganta. Recordar a su amiga era difícil y doloroso, pero jamás la olvidarían, solo que no podían asimilar que a Melissa le hicieran tal cosa de la noche a la mañana. Asesinada.

-Recuerdo cuando nos dijeron lo que había pasado...-. Tayla recordó como su padre recibió la llamada de Zachary, el hermano menor de Melissa a las cinco y veinte de la mañana. Zachary sonaba agitado, dolido y no dejaba de llorar en el teléfono. Tayla jamás olvidaría eso. Simplemente la frase "Melissa está muerta" la congelaron por unos cinco minutos, casi con sordera mientras el mundo giraba a su alrededor, tratando de asimilar cada palabra, cada letra e incluso espacios.

-Por favor, no...-. Sara la volteó a ver. -...No quiero pensar en eso, menos ahora....
-Sí, lo siento.
-...Chicas...-. La señora Charlton se les acercó junto con su esposo. Ambos tenían los ojos rojos y un poco inflamados. -Gracias por venir.

-...No lo agradezca-. Zuleyka sonríe melancólica- ...Queríamos mucho a Melissa, es una hermana para nosotras.

-...Les queríamos decir que ésto era de Melissa-. El señor Charlton mostró una pequeña caja de madera con la inicial M-C sobre ella. -Queremos que lo conserven, así Melissa siempre estará con ustedes-. El señor Charlton miró la caja y por última vez sus ojos se inundaron de lágrimas.

-Duele, lo sé-. Zuleyka interviene. -Pero viéndolo desde otro punto de vista, Melissa está en paz. Sé lo que es el sentimiento de volver a querer tenerla al lado-. Zuleyka abrazó al señor Charlton. Era horrible ver como en un año, los señores Charlton se habían vuelto más viejos, sus arrugas de los ojos, un tic que desarrolló la señora Charlton en la mano; sus caras demacradas en sí, dolía, pues ahí demostraban que durante un año, día y noche, se dedicaron a buscar el asesino de Melissa, y lo que dolía aún más era que jamás lo encontraron.

El hermano menor de Melissa, Zachary, no estaba aquí pero siempre se mantuvo un tanto alejado de todo esto, la última noticia que se supo de él fue en una ocasión en la que, del dolor, comenzó a hacerse daño así mismo, era su auto-castigo por, según él, no haber ayudado a su hermana.

-Gracias-.
-Ojalá ustedes la puedan abrir, chicas-. La señora ríe melancólica un poco. -Por más que tratamos de abrirla no se pudo. Comprendimos al final de todo que si era tanta seguridad lo más probable eran cosas personales o cosas entre ustedes.

-Nos iremos de Spring Heights.

Las chicas no podían creerlo, el señor Charlton estaba dándose por vencido, trataba de evitar todo, aunque tal vez necesitaban un respiro, no olvidar a Melissa, pero alejarse del dolor.

Black RoseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora