"Una pista algo rebuscada".
El miércoles por la tarde, Sara se encontraba en parque nacional de Spring Heights junto con Sean. Sara había pasado toda la mañana con Tayla y Zuleyka hablando de lo que Tay había sufrido ayer, estaba temblorosa aún después de haber transcurrido la noche. Tayla les había leído la carta qué aquella misteriosa persona le había dejado; "Dejen de rebuscar en el pasado" era lo único que decía, pero tanto el ataque como la carta eran lo importante sino que Tayla había visto a Zachary, el hermano menor de Melissa, lo cual era sospechoso y alarmante, la familia Charlton no contestaba llamadas, mucho menos se había de ellos, todo se tornaba más raro conforme avanzaban los días, mañana era el funeral de Jessica y Julie, además de que el Lunes era el festival de inicio de primavera. Ahora Sara caminaba entre el césped con Sean en un día casi perfecto, sin contar todo lo ocurrido.
-¿Qué dices?-. Dijo Sean interrumpiendo los pensamientos revueltos de Sara.
-¿Qué?-. Contesta ella aún pensando en Zachary.
-¿Qué que opinas acerca de lo que le sucedió a Tayla?
-Horrible. No estamos seguros ni en un supermercado...
-Los reporteros ahora viven afuera de la alcaldía. ¿Aún no contestan los Charlton?
-No, la policía trata de buscarlos en el aquel pueblo pero no llegaron.
-¿Crees que estén bien?
-No los culpo si quisieran evitar todo esto. Todo se volvió un infierno. Por favor dejemos de hablar de eso y solo pasemos este tiempo juntos.
Sean besó a Sara en los labios muy dulce y cariñosamente.
-Sabes cómo hacerme sentir mejor-. Sara sonrió. La brisa cálida golpeó las copas de los árboles y movió por unos segundos el hermoso cabello castaño de Sara. Sus bellos ojos azules brillaban, estar con Sean era sencillamente hermoso.
-¿Sabes que te amo, verdad?-. Sean tomó su mano.
-Claro-. Lo vuelve a besar.
-¿Mañana a qué hora nos veremos? Ya sabes... lo del funeral.
-No lo sé, fue muy difícil haber conseguido permiso para poder salir hoy contigo-. Sara hace una mueca.
-Tus padres deben de saber que conmigo estás más que segura, Sara... yo daría la vida por ti...-.
Sara tuvo el sentimiento de no alejarse de él, Sean es el mejor y cada día él se lo demostraba, es muy sencillo hablar pero más difícil es cumplir y Sean lograba ser el hombre para Sara.
-¿Enserio?-. Dice Sara entre besos.
-No tendrías porqué dudarlo.
-Te amo demasiado, Sean.
****
-Sabes que lograremos pasar todo esto-. Zuleyka hablaba con Tayla en su cuarto.
-No sé si lo soportaremos, corremos peligro, Zul-. Tayla miraba una vez más la carta y las caja de Melissa, repasando cada cartas y cada amenaza.
-Lo haremos.
-¿Cómo lo sabes? Melissa no pudo.
-Ella jamás nos pidió ayuda, Tayla, tenía miedo. Debemos encontrar a esa bastarda para hacerla pagar.
La puerta principal de la casa Mitchell fue llamada por un golpe y segundos después por el timbre del hogar.
-Yo iré-. Zuleyka se levanta y baja las escaleras. Los señores Mitchell y Crystal, habían ido a su secundaria para recoger cosas del casillero de Crystal.
-¿Quién?-. Dijo Zuleyka, nadie contestó. Miró por el rabillo de la puerta, pero no se veía a nadie del otro lado; así que abrió la puerta. Su mirada cayó a la alfombra dónde había una carta y una rosa negra atadas juntas, Zuleyka se inclinó y las tomó.
-¿¡Quién es!?-. Dijo Tayla desde su habitación.
-¡Nuestra amiga nos dejó algo...!-. Dijo Zuleyka después de cerrar la puerta y subir.
-¿Carta y una rosa?-. Comentó Tayla al verla entrar.
-Acertaste-.
-Pues léela-. Tayla se enderezó sobre su cama.
Zuleyka la abrió y Tayla tomó la rosa entre sus manos.
-"¿Saben qué es lo peor de no obedecer? Las consecuencias que vienen después, ya vieron de lo que soy capaz, un espectáculo horrendo puedo crear con sus cuerpos sin vida, no les conviene seguir buscando en el pasado; ya me conocerán muy pronto, ya lo verán, tal vez mañana al fin les dé la satisfacción de ver quién ha asesinado. Al funeral de Julie y Jessica iré, cuando escuchen un disparo, es entonces, que me confesaré... Hasta luego, chicas.-.
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Black Rose
Tajemnica / ThrillerEs increíble como tu vida puede cambiar en un chasquido, como todo se puede ir al drenaje por algo tan simple, raro y bello como aquella pequeña rosa. Un día tras otro se volvían una pesadilla; las rosas con las cartas no dejaban de llegar, y mis ne...