Capítulo 15

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“Las marcas de la tragedia


Come algo, Sara–. Dijo Zuleyka al ver a su amiga tan lejana.

Era viernes, y esta era la semana más infernal de todas.

–¿Qué?

–Que comas algo.

–No tengo ganas–. Solamente ajustó su sudadera palo de rosa y echó hacia atrás su cabello castaño.

Las tres trataban de comer algo en Diana’s –el cual estaba casi vacío– nadie se atrevía a salir por todo lo que pasaba. El pueblo era un circo. Solamente tenían un consuelo, el de ser cuidadas por la policía.

–¿Qué tienen, chicas?–. Jennifer las miró casi triste.

Tayla no decía palabra pero tampoco pasaba bocado.

–Todo se fue al carajo. El pueblo ya no es el mismo–. Dice Tayla.

–Sé que ahora todo es difícil, en especial para ustedes, pero necesitan fuerza. Me preocupan, chicas. Tayla no ha probado la malteada, Zuleyka no has comido un sólo pedazo de hamburguesa y Sara no ha tocado un brownie.

–Gracias. Me temo que el día de hoy no comeremos, necesitábamos una distracción pero no nos está ayudando–. Sara hizo una mueca.

–Te pagaré. Lamento haber desperdiciado tanta comida.

–Ustedes saben qué aquí, para ustedes, todo es por la casa. Ninguna acerque sus manos a sus billeteras–. Sonríe. –Ya vuelvo.

–No hemos hecho nada–. Dice Zuleyka a las dos.

–¿De qué hablas?–.

–Nos habíamos propuesto a averiguar quién era Kristen o cómo detenerla.

Lo único que hemos hecho ha sido estar sentadas y ver cómo la gente cae a nuestro alrededor. Tayla es casi asesinada–.

Sara y Tayla se ponen derechas.
–¿Qué tienes en mente?–.

–Tomar todo lo que esa idiota nos ha dado y deshacernos de ello, demostrarle que no le tenemos miedo.

–¿De verdad?

–Sí, de verdad, Tayla.

–Quieres provocarla–. Sara sonríe.

–Exacto.

–¿Para qué hacer eso?

–La perra saldrá de su escondite y tratará de hacernos algo, saben que nos vigila, no me sorprendería que nos estuviera viendo ahora.

–Tienes razón. Melissa sería fuerte ante todo.

–No somos unas princesas en busca de un rey. Sabemos cómo defendernos.

–Tengo un plan–. Dijo Zuleyka sonriendo de oreja a oreja.

El plan era arriesgado, pero ágil y bien planeado, Zuleyka sería la carnada.

Las tres salieron de Diana’s y comenzaron a caminar mientras la policía las seguí a cierta distancia. La carretera siempre era tranquila y conectaba al parque.

–¿Qué nos dices de el chico que se preocupa por ti, Tay?–. Sara bromea.

–Es muy guapa ¿No? Se ve de unos veintidós años.

–Es grande, pero Melissa estaría orgullosa.

–Tiene una sonrisa hermosa, cuando lo ví por primera vez me mató su cuerpo y esos hoyuelos al sonreír.

–Es un tipo muy bien parecido. Sería perfecto para ti.

–Sólo se su nombre, si lo vuelvo a ver trataré de hacer que me invite a salir.

–Así se habla, chica.

–¿Y tú, Zuleyka?

–¿Yo qué?

–¿No te has enamorado de alguien?–.

–El chico que da muestras de perfume en el centro comercial es muy apuesto, siempre que pasó me sonríe.

–Si salimos bien de esto, lo primero que harán será hablarles–. Dice Sara con una gran sonrisa.

–¿Saben que es lo bueno de todo esto?–.

–¿Qué?–.

–No soportar la escuela por un tiempo.

–...O los exámenes sorpresa del señor Hill–. Dice Tayla.

–Odio Química.

–Chicas.

–¿Si?

–Cambiando radicalmente de tema, realmente quería usar ese vestido en el baile.

–Ni me lo digas–. Sara suspira. –Había encontrado un mejor vestido, uno negro de encaje de dos partes, muy hermoso.

–De cualquier manera hubiera sucedido algo horrible, Kristen es una perra psicópata.

–¡DEMONIOS!–. Gritó uno de los hombres que cuidaban a las chicas.
Las tres voltearon asustadas, un automóvil blanco venía velozmente hacia ellas. El auto pasó en medio delos dos oficiales que se tiraron a los lados de la carretera. Ese automóvil no parecía detenerse, no hasta que golpeó a Tayla.

Las llantas rechinaron y humo salió de estas, las marcas del caucho quedó entre el pavimento.

–IDIOTA–. Gritó Zuleyka colérica acercándose rápidamente al automóvil con una roca que tomó del suelo. Antes de hacer cualquier movimiento, el chófer salió del automóvil y la forzó a meterse. La persona estaba vestida completamente de blanco. Sara se puso de pie y corrió hacia Tayla que yacía en el piso inconsciente. Los dos oficiales trataban de correr tras el auto pero sus esfuerzos fueron inútiles, ese Toyota se alejaba rápidamente con Zuleyka en su interior.

–Por favor, Tay. Despierta.

Sara lloraba mientras sostenía a su amiga entre sus brazos.

La ventana del piloto se abrió y una mano cubierta por un guante blanco dejó caer algo que apenas la vista pudo ver; una carta y una rosa negra.

Black RoseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora