Señorita Problemas

Capítulo 7

—Lily, ¿estás bien? —preguntó viéndome directamente a los ojos.

— ¿Tú? ¿Qué haces aquí?

-—Creí que necesitarías consuelo —me miró apenado con esos profundos ojos grises.

De pronto, olvidé nuestros prejuicios y que éramos archienemigos y me lancé a sus brazos, fundiéndolos en un cálido abrazo.

—Todos se burlarán de mí— dije mientras él me acariciaba la espalda. Extraordinariamente, no me sentía incómoda en ese estado.

—Te comprendo, créeme que sí— No entendí a qué se refería. ¿Quién se burlaba de él y por qué?

—Odio a mis padres.

—No digas eso, Lily. Solo estás enojada, no los odias en realidad. Ellos te aman, hicieron esto porque se preocuparon por ti.

—Pero tendrían que haber pensado en mi reputación antes de hacer eso.

—Ya está, ya pasó.

Seguimos abrazados por un largo rato. Justo cuando mi llanto estaba empezando a cesar, una tercera voz habló.

— ¿Lily?, ¿Scorpius? Em...Creo que interrumpo algo... mejor me voy— al escuchar esas palabras, me separé bruscamente de mi acompañante y detuve a Albus antes de que se fuera.

—No interrumpes nada. Solo estábamos hablando. Puedes quedarte, si quieres.

—Demasiado cerca, diría yo. Y tú, no te acerques a mí hermanita —dijo recalcando el "mí".

—La estaba consolando, hermano. Deja de preocuparte de más. No es tu bebé. —me alegré al escuchar eso, ¡alguien que me entendía! — Es la bebé de James, él tiene que cuidarla. —- Y con esa simple frase me entraron ganas de llorar de nuevo.

—Scorpius, necesito hablar con mi hermana. Ya la consolaste mucho, demasiado para mi gusto.-El susodicho salió del pasillo riendo hasta que se perdió de vista. Albus tomó aire. — ¿Qué ocurre, Lily?

Le expliqué lo sucedido, secándome las lágrimas cada tanto. No estaba exagerando, ¡es la peor cosa del mundo que tus padres te humillen frente a todo el colegio por culpa de tu hermano y tu mejor amiga!

—Si alguien se burla de ti, le patearé el trasero —prometió seriamente.

— ¿Tú? ¿En serio? ¿Albus "Flácido" Potter? —me reí.

— ¡Hey! Por lo menos te hice reír —sonrió al darse cuenta de eso. —. Y sí tengo músculos.

—Claro que sí, campeón —volvimos a reír pero interrumpí poniéndome seria de repente—. Espera, Potter, tengo una pregunta.

—Sí, ¿Lily?

— ¿Por qué hiciste trizas la carta de papá y mamá?

— ¿Yo? ¿Romperla? No, claro que no lo hice —se puso nervioso y bajó su mirada hacia su muñeca—. ¡Uy, mira la hora! Tengo que irme. Ya sabes, tarea. ¡Adiós, Lilu!

Salió corriendo antes de que yo pudiera atosigarlo para que me diera explicaciones.

Sin nada mejor que hacer, me dirigí hacia mi sala común convencida de que en los próximos días podría sonsacarle información a mi hermano. Estaba a punto de decir la contraseña cuando alguien tironeó de mi brazo derecho a un lado con mucha –demasiada, diría yo- fuerza.

—Lily, siento mucho lo que pasó recién. Yo no quería hacerlo, no sé lo que me ocurrió. No me di cuenta de que era una carta vociferadora.

—Si no querías hacerlo, entonces ¿por qué lo hiciste? ¡Eres hija de magos, Ann! ¡Deberías saber lo que es un vociferador!

—No lo sé, en ese momento no pensé claramente. Sentí curiosidad por saber qué te habían escrito y...

— ¡No debes meterte en donde no te llaman! Me humillaste frente a todo el colegio. ¡Mi reputación se vino abajo por tu culpa! Ahora se reirán de mí me conocerán como "Lily, la bebé de Harry Potter".

— ¡Al menos me estoy disculpando! ¡Tú no quieres escucharme y estoy segura de que tú no me pedirías perdón si lo hubieras hecho!

— ¿Estás diciendo que no sé pedir perdón? ¿Que soy mala amiga? —me sentí mal, un peso grande se instaló en mi cuerpo de repente.

— ¡Sí, lo estoy diciendo! Tú nunca me preguntas cómo me siento. Mientras estás llena de amigos, mientras te destacas en todo entre la multitud, yo soy la invisible amiga de Lily Potter.

Repliqué con lo primero que me vino a la mente, y después me súper arrepentí.

— ¡Entonces deja de ser tan tímida! Si no quieres ser invisible, cambia eso.

— ¿Sabes qué? Me resulta imposible hablar contigo. Solo quería disculparme y todo terminó de esta manera, contigo diciéndome lo tonta que soy. Ya estoy harta de tus abusos de poder. Estoy segura de que eres conocida solo por ser hija de Harry Potter.

Y se fue sin mirar atrás dejándome sola, con todos mis problemas encima y sin ninguna amiga.

***

Ya estaba harta de llorar. Al día siguiente sería mi cumpleaños número doce y no estaba para nada presentable. La única que me había consolado y aconsejado en esos terribles días de tormenta interior fue Lori. Cada vez teníamos un grado mayor de confianza. Le contaba todo y ella siempre escuchaba con atención e interés. Era lo mejor que tenía en el momento.

Además, claro, de Albus y Scorpius. Sí, por raro que parezca, dije Scorpius. Con todo lo que me estaba pasando, ellos dos habían estado junto a mí. Malfoy había llegado hasta a caerme bien. No nos habíamos peleado nunca en la última semana y eso era todo un récord, dado que antes apenas podía mirarlo.

Pero ya era hora de enfrentar mis propios problemas y salir adelante. Annabeth Krum no era todo en esta vida, ni mi única amiga.

Fui a darme una ducha al baño (obviamente sin mi colgante de espejo, ew) para poder estar como nueva otra vez.

Como al día siguiente era mi cumpleaños y caía viernes, James me había organizado una fiesta con mis amigos. Le prohibí que invitara a Annabeth y él me dijo que no me preocupara, que él se encargaría de todo, así que lo dejé en sus manos.

Ciertamente mi hermano mayor (o mejor dicho vigilante personal) se enteraba de todo lo que pasaba a mi alrededor pues me seguía a todos lados. Lo único de lo que no estaba al tanto era de mi gran secreto: la amistad con Lori, que cada día crecía más. Sólo podía comunicarme con ella en el baño, donde James, claramente, no entraba.

Luego de reflexionar acerca de todo lo que sería el día de mañana, salí del baño con mi pijama de lechuzas, regalo de mis padres.

Al día siguiente, me desperté zarandeada por alguien. Pensando aún dormida que era Ann, me levanté feliz.

¡Adivinen quién era!