Capítulo 6.

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Llegamos a la casa de Damián, no sé como hace para entrar sin agacharse (ah le hacía alto bullying). Es una casa normal, no es ni muy grande, ni muy chica, lo que sí es bastante moderna, en fin, es linda.
Me abre la puerta y me hace pasar primera

-Pasá, ponete cómoda.

-¿No hay nadie? 

-Al parecer no. ¿Querés comer?

-Bueno dale. -Asentí y dam me hizo señas para que me siente en el sillón.
Me senté y el se puso a ordenar y poner la mesa, agarró un plato con pizzas de la heladera y lo puso en el microondas, mas cliché imposible, ya sé.

Desde la cocina se lo escuchaba cantar, es un bebo la puta madre.

-"A mi no me vengas con tu drama, puta loca solo quiere fama estoy hablando de velocidad, manejando un auto de alta gama"

-No amigo, alto tema ese. -río-

-Si loco, aguante Kodi. Kodi te la chupo ndeaaaah re puto.

Reimos los dos y luego sonó el microondas; Damián fué a buscar las pizzas y las puso en la mesa.

-¿Qué querés tomar?

-Eh, cualquier cosa...
 
Me sirve coca cola y empezamos a comer. No hablamos mucho ya que me daba algo de vergüenza, si, estoy en la casa de alguien que conocí hoy y me da vergüenza hablar pero bueno, ni yo me entiendo ahre.

- _____, que onda con tu hermano?

-¿Dami? Nada, es re celoso, no deja que me relacione mucho con chicos, pero me sorprende que con vos sea igual, o sea, conociendote.

-ríe- Ay ella es la hermanita menor. -Burla agarrandome los cachetes.-

-pongo cara de orto- Ja ja, que gracioso que sos eh. -Dam me sonríe y no puedo evitar hacerlo yo también.

Terminamos de comer y nos pusimos a mirar la tele.

-Che, ¿Querés que vayamos a boludear por ahí mañana? -asentí- Tipo, podemos ir a caminar o a la plaza, vemos que pinta.

-Bueno dale, sí, me copa. -sonríe. Se la pasa sonriendo este pibe y me encanta.-

Nos fuimos a dormir y obviamente no dormimos juntos el primer día que nos conociamos, (no exageren). Yo me acosté en la cama de su hermano y el en la suya. Escuchaba a Dam dando vueltas pero no le di ni bola y me dormí.

Y así pasamos la noche, o lo que quedaba de ella... Hasta que en la mañana siento unas manos sacudiendome y llamándome para que me despierte, abro los ojos, un poco cegada por la luz que entraba por la ventana de la pieza y era Dam...

Será nuestro secreto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora