| cuarenta y siete |

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Tocó dos veces seguidas el timbre antes de que se le ocurriera la posibilidad de que Keth podría reconocerlo sólo por eso.

Y que quizás no abriría la puerta.

Pero entonces, escuchó la cerradura destrabarse del lado interior.

—Hola.

Tenía el labio partido y su ojo izquierdo tenía diferentes tonalidades de violeta.

Pero no le dio tiempo a preguntarle si estaba bien.

—¿Qué estás haciendo aquí?

—Yo... No lo sé, ¿necesitamos hablar?

—No suenas muy convencido. —Observó Keth.

—Es que simplemente no termino de decirdir si esto fue una buena idea o no.

—No lo fue. —Espetó y cerró la puerta en su cara.

Bueno eso estuvo bastante mal.

Bastante más horrible de lo que había pensado.

Lo bueno era que  la siguiente oportunidad no podía ser tan mala.

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Si sigo actualizando así me voy a quedar sin historia :v

Ahora se viene lo shido xd xd

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