Inked ♡Yoonmin♡ (Adaptación)

12

Cuando Jimin llegó por Yoongi fue Sun Hee quien abrió la puerta, Jimin la saludó amablemente.

—Sigue cariño, Yoongi está en su cuarto.

Como si fuera su propia casa, Jimin caminó hasta el cuarto de Yoongi y tocó la puerta.

—Sigue.- escuchó a Yoongi decir.

Abrió la puerta siendo recibido por Yoongi poniéndose unas zapatillas blancas.

—Hola.- Jimin sonrió en el umbral de la puerta, Yoongi levantó su vista ante el sonido, su cabello balanceándose suavemente.

—Hey.- se puso de pie y alcanzó el bastón que estaba recostado contra la pared, luego tomó el CD que descansaba sobre su mesa de noche. Caminó hasta Jimin.

El menor se puso de puntitas, dejó un suave beso en la esquina de los labios de Yoongi y el rubio no pudo ocultar la gran sonrisa que se formó en su rostro.

—¿Vamos? -preguntó Yoongi.

Caminaron hasta la puerta, Jimin tomó el CD de la mano de Yoongi y lo guardó en su mochila.

—¿Alguna vez has montado en skate? -Jimin preguntó y Yoongi estalló en risas.

—Si, todos los días -respondió sarcástico.

—Bueno, pues hoy es tu día. -Jimin dijo levantando el skate del suelo.

—Estás bromeando, ¿verdad?

Jimin negó y una vez llegaron a la calle, puso el skate en el suelo, tomó el bastón de Yoongi quitando el seguro y doblándolo antes de ponerlo en su mochila también. Tomó ambas manos de Yoongi y lo ayudó a subir, sus finas piernas inseguras sobre el skate. Jimin se subió justo atrás.

—Estás loco. -Yoongi afirmó mientras Jimin rodeaba su cintura con sus brazos y se impulsó por primera vez, mirando por donde ir por encima del hombro de Yoongi.

Era más difícil de lo que creía, a decir verdad, pero podía con eso, más si Yoongi estaba riendo como un niño pequeño nerviosamente mientras se aferraba a los brazos de Jimin con fuerza.

Avanzaron una calle hasta que Yoongi por fin comprendió que Jimin no lo dejaría caer. Puso ambos brazos a los lados y Jimin sonrió a punto de hacer un comentario sobre Titanic, pero seguramente Yoongi no sabía de la escena de la película.

—Voy a detenerme. -avisó Jimin. —Llegamos.

Yoongi bajó del skate, regalándole a Jimin una sonrisa enorme.

—Eso fue genial.

Jimin tomó de la mano a Yoongi.

—Entremos. Hay unos cinco escalones ahora.

Yoongi hizo caso, sintiéndose muy seguro por la mano de Jimin en la suya. Funcionaba mejor que el bastón, pensó Yoongi.

Jimin abrió la puerta de vidrio a Yoongi y estaba a punto de seguir directo al ascensor cuando su asqueroso portero llamó.

—Eh, Park.

El pelirrojo giró molesto y vio al hombre con una sonrisa de medio lado.

—¿Qué quieres, Minho?

—Calma, amigo. -aún no quitaba la estúpida sonrisa de su rostro. —Tienes correspondencia.

Jimin se acercó a Minho y le quitó el sobre de la mano.

—Gracias.

—Diviértete.

Jimin volvió a tomar a Yoongi de la mano hasta el ascensor. —Cómo lo odio, por dios.