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La humedad era sofocante, acalorado y pegajoso, así se sentía Mingyu, y era aún peor el darse cuenta que Wonwoo lucía tan fresco, incluso sufrir algo de frío, siempre con suéteres holgados.

— Deberíamos comer fuera —El moreno sugirió. 

— ¿Por qué? ¿Qué tiene de interesante? 

— Muero de calor. Necesito algo de aire fresco Wonwoo, sería como un día de campo—Animó Mingyu.

— No me agrada la idea.

— Dijiste que te gusta caminar, el aire libre y sentir la brisa. Anda, por mi.

Y claro, Wonwoo accedió con esa suplica. Ya que, inconscientemente el más alto había hecho un mohín al suplicar. Prepararon algunos sandwiches y sacaron algunas sillas junto con un par de platos y se sentaron frente a la cabaña donde comenzaron a comer. 

El día era muy lindo fuera, Mingyu comenzaba a sofocarse de estar encerrado y le fascinaban los colores del cielo. Como le gustaría tener su cámara ahí mismo para poder capturarlos. Observó los árboles con pájaros cantando en sus ramas, una sonrisa enorme iluminaba su rostro, en cambio Wonwoo sólo se dedicaba a admirar al menor, en eso la cabeza de Mingyu comenzó a doler, una punzada, trató de calmar el dolor apretando el lugar afectado.

— Te vas a lastimar, no lo hagas —Wonwoo apartó su mano— tienes una herida ¿lo recuerdas? 

En realidad, Mingyu ya no recordaba que había sido lastimado y que aún tenía las pruebas de ello.

— Disculpa —Siguieron comiendo un rato más. Mingyu intento jugar con Wonwoo poniendo nombre a las nubes que alcanzaban a verse y a algunos árboles, todo para distraerse un poco de su dolor de cabeza.

— Ya que estamos fuera, ¿podemos ir a buscar mis cosas? 

Wonwoo simuló sopesar la propuesta mirando a la nada por unos segundos, cuando abrió la boca para decir su conclusión el moreno se quejó.

— ¡Ah! —Mingyu tomó su cabeza entre sus manos, esa punzada había dolido mucho.

— ¿Mingyu? ¿Estás bien? ¿te duele la cabeza? Vamos a dentro te daré algo para el dolor. 

— N-No ya estoy bien—El menor dejó de tocarse la cabeza, el dolor había pasado— Vamos por mis cosas.   

El azabache no dijo ninguna palabra y se limitó a levantarse tomando el brazo de Mingyu para levantarlo de igual forma y tomar dirección a la cabaña.

Una vez dentro Wonwoo dejó a Mingyu en una silla del comedor y se dedicó a hacer un té una vez más. Su dolor de cabeza había regresado con un poco de intensidad pero soportable así que mejor se quedó sentado esperando por el remedio que le darían.

— Bébelo—El azabache le acercó una taza con olor a hierbas— Te ayudará para el dolor de cabeza.

  Mingyu lo tomó sin protestar, el dolor de cabeza si disminuyó pero pronto comenzó a darle un poco de sueño. 

— Bueno, ahora vamos por mis cosas —Mingyu se levantó de su asiento tambaleándose un poco y aún agarrando fuertemente la taza donde bebió su té.

— ¿Estas seguro?— Wonwoo preguntó. 

Y ahí, fue cuando se dio cuenta, todo tomó sentido cuando un déjà vu se hizo presente. Con la poca voluntad que aún tenía observó la taza entre sus manos, algo en el fondo, un par de hierbas. Esas eran las que provocaban su sueño.

— Wonwoo ¿por qué...?—Intentó sonar duro, falló rotundamente. El azabache ya había llegado a su lado para sostenerlo por si se caía en cualquier momento. Mingyu se negó, estaba molesto. Pronto todo se volvió oscuro y estaba cayendo, no tocó el piso. Wonwoo una vez más lo había tomado entre sus brazos.

Mingyu había caído en un profundo sueño, provocado, una vez más. 

¿Pensaste que podrías escapar? ➳MEANIEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora