"A pesar de la distancia o del daño, cuenta conmigo"
Entra, estoy en mi habitacion, es la primera a mano derecha.
Toqué la puerta y entré, estaba llorando tan fuerte que no notó que había entrado hasta que me senté a su lado.
¿Y?, ¿levantarás la cabeza y me abrazarás?
Me observó y saltó a mis brazos, un abrazo tan calido y tan frío a la vez, era perfecto.
Gracias, ¿Quieres que te cuente que sucedió?
Si, dime que te pasó.
Estaba en el medico y la doctora le preguntó a mi madre mi nombre. Mi madre le dijo que era sorda-muda. Mi mamá me escribió diciendo "vamos, no pueden atendernos", pero si se leer los labios, y vi perfectamente que la doctora dijo "a enfermas mentales no recibo". Ya no se que hacer, tengo pena, rabia...
Estaba anonadado, no sabía como reaccionar.
La bese.
Quizás no era el momento, quizas no me guste aún, quizás si.
Perdón... Pero si te mueres, me culparía, por no haberte podido ayudar, quizás mi beso fue incomodo... Quizás intencional, o quizás de verdad deseaba besarte...– le dije escusandome después de aquél hecho.
Te quiero pedir que te vayas, por favor.
Intenté escribirle pero no me dejaba.
Que te vayas!
Dejame, por favor!
Andate
Sal, por favor.
Solo la vi llorar antes de salir de su habitacion, pero ahora tenía un sentimiento de culpa, que me ahogaba.
Estaba llorando... por mi culpa.
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El silencio dice más que mil palabras
Ficção AdolescenteSiempre se ha considerado la enfermedad como una piedra para tropezar, un peldaño más abajo, un problema. Para mi, una enfermedad es un don, un talento, como quieran llamarlo. Para mi, una enfermedad es lo que te define. Amy, aquella chica silencios...