(13)

30 4 0
                                    

"Las sorpresas son lo mejor, te llenan de felicidad, o te llenan de pena, dos sentimientos impresionantes".

Ultimamente e notado a uno de los Walters muy raro. Mira a Amy demaciado, me estaba poniendo demaciado nervioso.

He hablado mucho con mi madre, me ha dicho que he cambiado mucho, que me he enamorado. No me sorprendió, de verdad estaba cambiando, de verdad me había enamorado.

Comencé a pensar que hacer, mi madre me dijo que la invitara a salir, que era la mejor manera de enamorar a una chica.

Quizás lo tomé muy apecho, ya que decidí hacer la cita por mi mismo. Quise que fuera especial.

Será especial, estará ella.

Al siguiente día llevaba la invitacion; una carta con un sobre verde claro, en ese sobre estaba pegada una rosa pequeña, mi letra estaba en cursiva y en la esquina superior la dedicatoria.

"Para Amy, una chica hermosa"

La dejé en su puesto y me dispuse a escribir, ella llegó a los diez minutos después.

Jamás había estado tan entusiasmado. Lo primero que vió de la carta, la rosa, luego la dedicatoria, que por cierto se puso roja, finalmente mi nombre. En ese momento me miró, se puso mas roja y abrió la carta.

Me observó y asentió, inmediatamente me puse nervioso. Quería que fuera de igual grado que ella, perfecto.

Ese día la lleve al cerro en la noche.

Se sorprendió demaciado y comenzó a teclear

Wow!, no debiste molestarte

Jaja, no es nada, sientate, y disfruta.

Había un silencio enorme, una brisa pacifica. Todo se rompió al escuchar el ruido de unos chicos, no sabía quien era. Eran 2, venian hacia nosotros, no se quienes era.

Amy estaba nerviosa, le agarré la mano y comenzamos a correr.

Nos escondimos detras de un árbol, observé a Amy, estaba hermosa.

Estabamos agitados y le pregunté.

¿Estás bien?

Si, estoy un poco agitada.

Escuché nuestros nombres por las voces misteriosas y me dispuse a separarme de Amy, observé quienes eran y no lo podía creer.

Los Walters.

El silencio dice más que mil palabrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora