Capitulo 2

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El mundo no ha cambiado para nada, desde un principio siempre hemos cometido los mismos errores, siempre hemos tenido las mismas conductas y siempre hemos tenido los mismos problemas, la diferencia es que ahora hemos aprendido a actuar mejor y a esconder mejor el hecho de que no hemos cambiado en nada.

Yo era de las que creían que todo era perfecto, nací en una casa donde nunca me faltó nada, en una presentación de baile ví que amaba bailar y soñé con ser bailarina, pero mis padres no quisieron eso, ellos me dijeron de buenos modos que debía abandonar mi sueño, y fue la primera vez que fingia​ algo, les dije a mis padres que lo dejaría, pero en mi interior estaba deseando encontrar un momento a solas para concentrarme en bailar, por ese entonces tenía 6 años, era muy pequeña, e insólita mente ya sabía leer y escribir, mis padres estaban muy encantados conmigo, pero descubrí que así como yo fingía no querer bailar, ellos fingieron todo este tiempo.

Una tarde luego de ir a la escuela los sorprendí teniendo una conversación con un hombre, parecía un científico con su bata y lentes a la medida. Estaban hablando sobre el proyecto de albinismo, en el cual convertían personas de color oscuro en blancos como nosotros, no me pareció tan malo, solo extraño, a medida que avanzaba la conversación ya no podría decir lo mismo, empezaron a hablar de los riesgos que tendría dicho proceso, entre ellos la muerte y ya no me pareció una buena idea, solo que a mis padres no, ellos dijeron que debían probar en alguien y luego en base a eso mejorar la fórmula para que nadie muera, el científico les dijo que ya no quedaba ningún sujeto de experimentos, a lo que mi madre con una sonrisa de oreja a oreja dijo:

-Probemos en Sasha-.

Se me erizo todo el pellejo, mi padre asintió y todos estuvieron de acuerdo, quise gritar muy fuerte pero me tape la boca y salí sigilosamente de mi casa, ya que no podía creer que mis padres hubieran estado de acuerdo en tomarme como sujeto de pruebas.

Ni siquiera espere al día siguiente, esa noche revise en los documentos de mis padres, pude ver fotos con experimentos atroces que involucran seres humanos, unos documentos que decían lo que pasó en cada foto y fue sencillamente atroz, no pude hacer otra cosa que escaparme, cuando mis padres creían que dormía tome algunas de mis cosas y me fui, ellos hicieron todo el farol de preocuparse e ir a la policía, ahí fue cuando pensé en que la humanidad cambia mucho, y de muchas maneras, sin embargo tiempo después cuando me estaba muriendo de hambre considere volver a mi casa, y escuché como decian lo felices que estaban por tener la casa solo para ellos solos, además de cómo se reían de todas las mentiras que me dijeron a lo largo de mi vida.

Creo que nunca me había dolido algo tanto como eso, tenía su punto bueno, había hecho bien en marcharme, lo malo es que mis padres no me querían, eran unos mentirosos y unos locos que hacen experimentos en humanos.

Supuse que no estaría mucho tiempo viva, la comida apenas y me alcanzaba, y en las noches me moría de frío, era otoño, cuando llegara el invierno moriría de hipotermia, si el hambre no me mataba primero, pero fue por ese entonces cuando lo conocí, salía de una calle donde solía pedir comida y ví que un hombre se me acercó y me preguntó el nombre, era alto y guapo, de cabello rubio brillante y ojos azules como el cielo, hasta creo que el pudo haber sido mi primer amor. Le dije lo que él quiso saber y sin más me llevo hasta su casa, suena como un secuestro pero no ví en el nada malo, y realmente lo que hizo fue rescatarme de las calles, me dió un techo, comida y estudios, no podría pedir más, en ese entonces solo estábamos el y yo en la casa, con el tiempo me enseñó a comportarme con los demás, me dijo que todo era una fachada y poco después llegaron los otros inquilinos, quienes también hacían parte de la misma farsa.

Así descubrí que el mundo no había cambiado para nada, seguimos siendo unos hipócritas.

Si bien el pudo haber sido mi primer amor la verdad no soy de las que buscan ser protegidas, el me protegió y me ayudó mucho, por lo que no es precisamente mi tipo, además el consiguió una pareja de su edad y se le veía muy feliz con ella, a mi tambien me agradaba, ella no era grosera, ni fría o seca, era bastante comprensiva y confiable, su hermana no era como ella, se parecían mucho, pero Dawn era callada, muy antisocial y oscura, no transmitían lo mismo, aunque algo era seguro, ambas nunca fingieron como eran, no tenían porque hacerlo y desde siempre pudieron ser quienes eran en verdad.

Cuando un nuevo chico llegó a la casa lo primero que pensé es que era muy bajito, tenía el cabello blanco y los ojos azules, había visto muchas personas así y está curiosamente llamó mi atención, primero intente averiguar cosas sobre el, rápidamente deduje que terminaría llendo con su familia real, por eso mismo intente retenerlo un poco con mi simpatía y hacerlo sentir lo mejor posible.

Todo hasta que descubrí que realmente era como Mía y Dawn, tenía piel muy oscura y cabello muy negro, aunque sus ojos eran los mismo, lo primero que pensé es que era antinatural, aunque eso aumento más mi interés en el, hasta que no se en que momento llegue a la conclusión de que me gustaba, claro, llegue demasiado tarde y a él ya le gustaba Dawn, honestamente no pensé que pudiera interesarle, el es muy impulsivo, en cambio ella es excesivamente cerrada, no parecían combinar, y terminaron juntos después de todo.

Me enteré de eso justo cuando ocurrió oficialmente, estaba caminando por los alrededores de la casa y ví cuando Dawn y Brown llegaron al tejado, los espíe a ver que hacían y pude ver todo lo que hicieron esa noche, digamos que oficialmente me rendí, no me gustaba entrometerme mucho entre las personas, solo me dedicaba a observar, aunque por el capricho de ver qué tan lejos podía llegar, termine intentando que Brown me quisiera, y todo fue en vano.

Ya ha pasado mucho tiempo desde entonces, tuve que esperar a crecer para salir a las calles nuevamente, tuve que dejar mi color de cabello natural y hasta me deje crecer el cabello, solo que no esperaba cambiar tanto, me volví muy alta y mi cara ahora parecía otra, no hubiera sido necesario lo del cabello si hubiera sabido esto, pero al final no lo cambié por si nuevamente teníamos que cambiar de identidad.

En todo este tiempo Brown apenas y me ha notado, de alguna manera terminamos fingiendo que somos pareja, debo admitir que aún me interesa Brown, no se parece en nada a Liam, de quién me sentí atraída por primera vez, pero hay algo en el que me gusta, probablemente sea porque en esencia es una buena persona, de esas que no tienen malas intenciones, creo que no las tiene ahora, e incluso podría ser que me gusta porque yo soy la que lo protege ahora, soy más alta, fuerte e inteligente que el, por eso si alguien protege a alguien esa debo ser yo.

No me interesa que la chica sea la protegida, eso nunca fue lo mío, y bueno no tiene porqué serlo, ahora solo estoy fingiendo, como siempre, nunca he parado de fingir ante todo el mundo, solo cuando era una niñita podía actuar como realmente era, e igualmente es desepcionante saber que a las únicas personas que no les mintiera fueron a mi familia, bueno, mis padres, y ya es tarde para cambiar, en cambio no es tarde para completar nuestra misión, empecé a trabajar como asesina luego de que me entrenará con Liam, soy fuerte y eso no solo de fuerza bruta, en realidad soy fuerte porque soy buena asesinando y defendiéndome, aprendí rápido la defensa personal y el manejo de armas tampoco fue un reto para mi, curiosamente todo ese entrenamiento no me sirvió de mucho, mis misiones de asesinatos eran sencillas, eran solo de matar y huir, no había infiltración o algo por el estilo, todo siempre era rápido y eficaz, exepto la primera vez.

Realmente soy fuerte, pero hasta los fuertes pueden ser débiles, matar en realidad es algo que no es propiamente de mi, con esto quiero decir que no mató a la gente sin sentir nada como una verdadera asesina, la primera vez que mate a alguien su rostro se me quedó grabado para siempre, la sangre nunca desapareció de mis manos y nunca pare de escuchar sus agonías, al principio era más que duró, era cruel, noches sin dormir, pesadillas constantes, hasta alucinaciones, matar a una persona se me estaba haciendo muy dificil, si era así ¿Como mataría a las demás?.

Y pues la verdad es que no se como es que sigo en pie, no se si un ser humano puede vivir habiendo matado tantas personas y recordando sus gritos y caras cada vez que se distrae, pero yo lo hago, vivo así cada momento de mi vida y es por eso que nunca me desconcentro, si lo hago las imágenes vuelven a mí y sencillamente no logro vivir así, cuando pienso en la razón de todo esto solo se me ocurre porque soy fuerte, alguien débil ya se hubiera rendido a la culpa, pero yo no, porque quiero acabar con todo esto, vivo en un asqueroso planeta plagado de ratas que solo buscan lo que más les conviene, ratas por las que tuve que matar personas y vivir toda mi vida siendo alguien que no soy, una vez mate a todas esas personas habré cumplido mi misión, y aún falta mucho para eso, por lo que si he esperado tanto tiempo, no puedo fallar.

HeterocromíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora