Bipolar© {#1 The Bipolar Series}

Capítulo 04

"Después de todos los errores que he cometido, tú sigues escuchando"

No One's Point Of View

Cinco días pasaron... cinco díaas en los que reinaba la monotonía y la miseria de vivir huyendo de todo y de todos. Cinco días en los que Justin dejó su marca dos veces puesto a sus ataques repentinos...

Destrozó las ventanas de una casa, y casi choca a un indigente. Se estaba perdiendo a sí mismo cada vez más y no había una luz que lo ayudase.

Créase o no, nadie había encontrado el cuerpo de Will aún. Cabe destacar que a la gente no le importa lo que te pase, pero a Dios sí. Y quizás fue obra de él que nadie haya encontrado el cadáver aún para que así Justin tuviese más tiempo de huir. Lo cual hizo, y ahora se encontraba en Dallas, Texas; bastante lejos de St. Claire.

Aquellas pesadillas no lo dejaban en paz. Si no era arrestado en una de ellas, iba de vuelta a esa noche... a ese acto catastrófico, a ese ser indómito en el que se convirtió por unos minutos. Y no sabía por cuanto tiempo podría manejar esto.

Estuvo leyendo sobre personas que habían cometido el canibalismo antes, y sus sentencias eran tan diversas que solo logró confundirse.

Por ejemplo, Issei Sagawa sólo pasó quince meses en prisión, incluso se convirtió en una celebridad asiática al salir debido a si hazaña. A Irwin Meiwes lo condenaron a cadena perpetua. A otros los llevaron al manicomio, y los que lograron quedar en libertad por tener conexiones con el gobierno fueron rechazados por la sodiedad, cono era de esperarse.

Pasar alrededor de una semana en la zozobra había sido como un pequeño vistazo al infierno para el joven, y resignarse a que este sería su nuevo y permanente estilo de vida parecía ser su única opción.

...Hasta hoy.

Justin's Point Of View

Dallas, Texas.

Cinco de noviembre, 2011.

Estaba en un bar adyacente al hotel donde me había decidido a hospedarme. Sí, había empezado a beber. La "anestesia" que me suministraba el alcohol hacia que me calmase y no cometiera locuras por un rato. Ni siquiera me gustaba el sabor, lo único que me importaba era permanecer relajado.

Tenía la mirada perdida y era indiferente ante todo lo que sucedía a mi alrededor. Eran cerca de las 10 de la noche. Tres mujeres se me habían ofrecido. Rechacé a cada una de ellas. Unos tipos empezaron a pelear, y se derramó sangre en gran cantidad antes de que los pudieran sacar. Nada distinto a lo que suele pasar en la miseria en la que estaba inmerso.

De pronto un hombre que no pasaba de los cuarenta años de edad se sienta a mi lado en la barra. No es el primero que lo hace así que lo ignoro, hasta que el habla, captando mi atención.

"Te ves realmente... perdido" dijo tratando de buscar el término adecuado, yo lo miré extrañado "Sé lo que se siente estar así" volvió a hablar "Sé lo que es querer quitarse la vida para acabar con todo lo que te aqueja pero por alguna maldita razón no lo puedes hacer"

Bien, sé que no estoy en la posición de decir esto pero, ¿quien le estaba preguntado todo esto? Tal vez se le pasaron las copas, aunque hablaba con mucha coherencia como para estar ebrio.

"Es una mierda cuando a nadie le importas. Cuando gritas y nadie te escucha... cuando te dejan hundirte en el océano, caerte en el abismo. Apesta"

El barman vino, interrumpiendo el "discurso" de este señor.

"Deme otro" terminé el trago y dejé la copa en la mesa "Esta vez de lo más fuerte que tenga"

"En seguida. Y el señor, ¿que pedirá?"

"Una cerveza para mí"

"Les traeré lo que piden en un segundo" dicho esto se fue, dejando nuestros tragos en la barra minutos más tarde

Después de ese trago no es mucho lo que recuerdo, todo se resume a que el hombre siguió hablandome aunque yo no estaba escuchando, mientras iba en descenso hacia el alcoholismo con cada trago que tomaba.

[...]

Desperté en un sofá, en un lugar que desconocía. Parpadeé para que mis ojos se acostumbrasen a la luz que irradiaba el sol matutino a través de una ventana a mi derecha. Traté de incorporarme y un dolor atroz se apoderó de mi cabeza, obligándome a volver a mi sitio inicial. Dios, ¿cuánto había bebido anoche?

"Oh, ya despertaste" Dijo una voz masculina en un tono alegre tras de mi. Tardé unos momentos, pero me dí cuenra de que era el mismo hombre de anoche.

"¿Quién es usted? ¿Dónde estoy?" dije con voz ronca, entrecerrando los ojos debido al dolor de cabeza

"Mi nombre es John, soy el hombre del bar. Y estás en mi casa"

"¿Usted me trajo aquí?"

"No iba a permitir que te fueras de allá por tu cuenta, ¡tus niveles de alcohol estaban por los cielos! Ni siquiera podías permanever de pie"

"Bueno, gracias por eso" froté mis ojos, suspirando profundamente

"Veo que es tu primera resaca, ¿cierto?"

"¿Ah?"

"Si no fuese la primera vez no te habrías emborrachado de tal manera, eso sin mencionar que no lo manejas tan bien al día siguiente" dijo con humor "Toma, está bien cargado" me ofreció una gran taza de café

"Gracias"

"Me agradeces demasiado, Justin"

"¿Cómo sabe mi nombre?" fruncí ambas cejas en confusión

"Anoche me lo dijiste, y... no fue precisamente lo único que me dijiste"

Mi corazón paró por un momento. Tenía el presentimiento de que le había contado algo más que tan sólo un secreto pequeño. Aunque si fuese así no estaría aquí, sino en manos de la policía.

"¿A qué se refiere, John?"

"Justin, me has dicho lo que le hiciste a tu amigo, Will"

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