Capítulo 3

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Hayden

Llegamos a Bowling Green a la once y media pasadas de la noche. Mi hermana se quedó dormida durante el trayecto y yo mientras tanto, buscaba un lugar donde alojarnos. 

Encontré un hotel de aspecto pobre y solitario pero pensé que nos valdría para pasar unos cuantos días mientras yo buscara un lugar mejor. Entré y me fijé que detrás de una ventanilla había un señor medio calvo y con un buen aspecto. Su cara me dió un poco de miedo y me dieron ganas de salir corriendo, pero pensé en mi hermana y me aventuré a hablarle.

-Hola señor. Vengo buscando una habitación para dos personas.

-Sin ningún problema. Serían 20$ la noche sin comidas- dijo.

-Vale. Deme una habitación por favor. 

Pensó en que tendría suficiente para un par de semanas. Después tendría que buscar un buen trabajo para pagarlo. Pero recordó en ese mismo momento que tenía que buscar una universidad para ella y un instituto para su hermana ya que el siguiente curso empezaría en un mes escaso. Se dijo a sí misma que mañana lo aclararía con su hermana.

Salió a recoger sus cosas y a avisar a Abby de que se preparara para subir a la habitación. Pero cuando llegó al coche se dió cuenta que estaba despierta.

-¿Has conseguido la habitación?- la preguntó.

-Si es la 25, segunda planta.- respondió Hayden.

-Ahora tenemos que hablar de algunas cosas ¿no?

-Prefiriría no hacerlo pero se que hasta que no lo hablemos no vas a parar.

-Hayden, era papá y lo has...

-Shhhh. Nos puede oír alguien. Sube y ahora lo hablamos.

Subió sin decir ni una palabra más ninguna de las dos. Saludaron al casero y subieron a la segunda planta. Allí buscaron la habitación 25 y entraron.

La vieron muy anticuada, con la cama manchada y alborotada y el suelo que parecía que no habían barrido por ahí más de tres meses atrás.

Dejaron sus cosas y empezaron a hablar

-¿Me lo vas a contar ya, o te vas a esperar a mañana?

-Quiero que primero sepas que lo hice por tí más que por mí. No podía verte llorando todos los días por ese desgraciado.

-Ya pero era nuestro padre. Podríamos haber llamado a la policía para poder solucionar las cosas.

-Ya pero eran todos lo días y ese día fue la gota que colmo el vaso. Nadie se enterará de nada. Viviremos una vida sencilla como los demás. Te buscaré a ti un instituto y a mi una universidad cerca la una de la otra por si pasa algo e intentaré encontrar un piso adecuado para vivir y no tener que estar en esta pocilga.

-¿Seguro?

-¿Seguro el qué?

-¿Seguro de que no nos va a pasar nada?¿Seguro de que no va a pasar la policía por casa y va a saber que vivíamos allí?¿Segura que no nos encontraran en esta ciudad?

-Segurísima. Además por casa nunca pasa nadie. Éramos como unos fantasmas en ese pueblo. No nos conocía nadie así que tranquila. Mañana iremos a comisaria a cambiar nuestros nombres y miraré lo de nuestros estudios y lo del piso. También he comprado tinte rojo para hacernos pelirrojas. Tu duerme tranquila que mientras yo este aquí no te pasará nada.

-Vale, pero antes me daré una ducha.

Se fue hacía la puerta del baño pero volvió corriendo  me abrazó y me dijo al oído te quiero y se fue a duchar. Mientras tanto yo iba recogiendo un poco las cosas y mi hermana cuando se terminó de duchar se hechó en la cama y se quedó dormida al instante.

Yo conseguí dormir un poco. Pero no demasiado para lo que se me avecinaba al día siguiente.

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