Capitulo 5: Rubius ¡Hijo de puta!

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-¿Que pasa Rubius?- salí a hablar al balcon

-No me respondiste muyaya, así que plantie llamarte-

-y ser un matapasiones- río tan fuerte que tuve que alejar el telefono de mi oido- ¡Que te calles ya joder! Dame tu dirección mejor, sol es gigante-

-Te lo mando por mensajes, chiquilla y ven con la idea de que perderas-

-Ja! JA! Te gustaría Rubius te gustaria, tu preparate que cuando pierdas tendrás que hacer algo que asumo no te gustará, un beso gilipollas- y corte, dejandolo con las palabras en la boca

-¿Quien era pingünita?- Melo ya tenía los platos puestos sobre la mesa y me estaba esperando para comenzar a comer, me apresuré a sentarme y sonreirle, sabía que si le decia que iría con Rubius no se enojaría, es más le agradaría que quisiera crear lazos con sus amigos, pero prefería mentirle, Melo no entendería lo de la apuesta y a quien engaño que si yo fuera Melo y me vienen a contar algo así la mando a tomar por culo-

-Un amiga, mañana me juntaré con ella en su casa- comencé a comer-

-Puf! Quería que me acompañaras a grabar a sol- hizo un pucherito, el cual me acerque rapidamente a morder y despositar un suave beso

-Lo siento amoh, pero ya le dije que si, aparte que tu tienes junta siempre ya habrá alguna en la que te acompañe- volvío a besarme resignandose.

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Que mierda estoy haciendo, encontrar el piso de Rubius no me fue difícil pero digamos que llevo más de 10 minutos afuera de la puerta sin ser capaz de tocar el puto timbre de los cojones que esta ahí como mirandome, no es que tuviera miedo, claro que no, yo con miedo ¡Joder! Pero, cuando estaba apunto de pirarme la puerta se comenzó abrir

-La puntualidad no es algo tuyo- se burlo, y abrio la puerta por completo me limite a bufar

-Castaño que esperabas no tenia ni idea de donde estaba tu puta casa- lo golpee a modo de saludo y entré a su departamente algo bastante bonito, debo admitir que tiene buen gusto – Esperaba algo lleno de calcetines y botellas de ron tiradas por cierto ¿Te tienes algo de beber? -

-Cerveza ¿Te traigo?- vi de reojo la cocina y me levante a por ella, el refrigerador estaba literalmente repleto de cervezas, de todos los tipos – Adelante no te preocupes, pasa, claro, si si, como en casa- le sonreí mientras le pasaba una botella de las grandes y yo sacaba otra.

-Pero claro que me siento como en casa, es más decidi evitarte el testamento de sientete comoda y blah- abrí la botella y me dispuse a tomar, estaba nerviosa, demasiado nerviosa, era un manojo de nervios y sabía como eliminarlo, bebiendo, siempre lo hacía siempre que estaba nerviosa lo hacía y me ponía borracha, aunque la sensación me gustaba, se limito a quitarme la botella y beber el también-

-Entonces nena sientete comoda- y me paso la botella

Fue la mejor solución por que despues de que la botella se vaciara los nervios se habían extinguido, le quite la segunda botella a Ruben para abrirla pero este me la arrebato y me beso, un beso jugueton, su lengua se habría paso, y no me molestaba era agradable, era diferente, cada persona besa de una manera diferente y su beso me gustaba, su piel estaba caliente, y me arriesgue a meter mis manos bajo su larga polera sintiendo cada uno de sus musculos, no estaban totalmente definidos, pero no era eso lo que me agradaba era el hecho de que cuando tocaba uno este se contraía bajo mi tacto, el deseo comenzó a recorrer mis venas, me apoyo violentamente sobre la pared mientras colocaba sus manos en mis caderas, su beso seguía siendo juguetón y seguía provocandome miles de sensaciones, meti más a fondo mis manos necesitaba sentirlo más de lo que ya le hacía, toque su espalda, la recorrí desde el cuello hasta la parte baja, nos separamos y pude notar sus ojos deseandome, queríendome bajo su agarré, casi necesitandome y le sonreí, yo misma abrí paso a quitarme mi camisa, y sus ojos recorrieron desde mi cuello pasando por la curva de mis senos y bajando desesperadamente a mi vientre, quizás era una locura o era efecto de la cerveza pero hasta su mirada me quemaba, su boca se apoderó de mi cuello y sentía que me estaba derritiendo, su boca dejaba un camino hasta mis senos, y con una mano desato mi brazier el cual deje que callera sin objecion alguna, volvió a observarme y se me hizo eterno, me miraba me contemplaba, me deseaba y yo hacía lo mismo, empuje su cuerpo cerca del mío para quitarle su camisa, fuí yo la que inicio el beso con desesperación, y noté bajo su sonrisa que era eso lo que deseaba, me tomo de la cintura para llevarme a su cuarto sin dejar de besarnos, mi pantalon dejo de ser un estorbo entre ambos al igual que el suyo, su boca se apoderaba de mis senos mientras su mano juguetona tocaba mi feminidad no delicadamente como lo hacía Melo si no que de una manera completamente salvaje, me estaba exitando más de lo permitible, o eso lo sentía a mi parecer, y caí en cuenta que me vendría en cualquier momento, y bajo tan solo ese tacto, si era capaz de ponerme así tocandome, no espera lo que sucedería si seguía, trate de dominarme a mi misma, pero fue inutil, en menos de 10 segundos ya me había venido, soltando gemidos, mi cuerpo daba leves temblores.

-Tenemos toda la tarde-

Susurró en mi oido y me volvío a besar, apoyo su frente sobre la mía, y yo me limite a cerrar los ojos y a tratar de regular mi respiración, cuando sentí que podia continuar, abri los ojos y lo encontre observandome, volvío a besarme y bajo su mano para quitarme la ropa interior inferior, ahora completamente mojada, sus dedos se abrieron paso por mi interior y me removi bajo el, su labios bajaban dejandome cortos besos abriendo camino hasta mi feminidad la cual rozo con sus labios y desperto seríes de sensaciones por todo mi cuerpo que no había sentido antes, paso lentamente su lengua, demasiado lento, estaba jugando estaba probandome, lo sabía, necesitaba más de eso, abrí mis piernas todo lo que podía, invitandolo a seguir, pero el continuaba a su paso, lo necesitaba, me estaba desesperando, baje mi mano a su cabeza toque sus cabellos y lo removi más cerca, sus dedos se movian lentamente como si no tuvieran prisa, joder Rubius eres un hijo de puta, cuando se abrío paso a ingresar un tercer dedo, hice una mueca, sentí una pisca de dolor, aunque el placer seguía ahí sin querer moverse o hacer espacio, comencé a llenar el cuarto de leves suspiros que se fueron convirtiendo en jadeos cada vez más fuertes, su lengua comenzo a ir más rapido, al igual que sus dedos, y el mundo volvía a dar vueltas a mi al rededor, el placer me acunaba entre sus brazos, comencé a removerme entre las sabanas, sintiendo hormigues en mi interior, lo necesitaba.

-Ru-ruben por favor- solte sin pensar, realmente lo deseaba, es más podría decir que lo necesitaba, se separo de mi para observarme con una sonrisa maliciosa, su cuerpo estaba cubierto de una leve capa de sudor.

-¿Que quieres?- me costo asimilar la pregunta, el placer me estaba domiando, y el alcohol me tenía entre atontada y facinada.

-Sabes que- suspire y tome una bocanada de aire- lo que quiero-

-Dilo, dilo y te lo daré- y me sentí enojada, estaba jugando y no me agradaba su juego, pero no podía alejarme de el a irme enojada, por que le necesitaba

-¡Que entres en mi ya mierda! - le solte y sentí como sonrío de satisfacción, bajo su boxer dejando al descubierto su completa desnudes, se coloco entre mis piernas y pude sentir como se apretaba para ingresar en mi, el dolor poco a poco se hacia presente, de tal forma que el placer paso a segundo plano, hace casi 1 año y medio que no estaba con un hombre, y volver a estarlo era como si tuviera nuevamente mi primera vez o algo así, aunque creo creer que mi primera vez fue un asco, sus caricias y besos se encargaron de volver a encender el placer por completo, por que luego de algunos vaivenes me sentía en el cielo, ya no jadeaba gemia, sentía como el placer me tomaba y me elevaba, sus movimientos cada vez aumentaban la rapidez, y se lo agradecía, Rubius gemia en mi oido, y de vez en cuando me miraba, sabía que verme bajo el a su merced lo hacía exitarse el doble, deje por momentos de ser yo para convertirme en un ser hambriento de placer y más placer, sentí la ola de calor bajar desde muy dentro de mi, me iba a venir y no lo deseaba, quería seguir sintiendolo, todo el tiempo que pudiera, pero era casi imposible por que en minutos ya estaba entrando a un extasis total, solté un gemido lo suficientemente alto para saber que los vecinos lo habrían escuchado y lo abracé fuertemente , casi al instante el también se dejo llevar viniendose, su frente se volvío a poyar en la mía pero esta vez nos mirabamos, nos mirabamos tratando de adivinar que pensaba el otro sentía su pecho sobre mi, seguiamos unidos y no me interesaba mucho, esta tarde aún no acababa...

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¡Gracias por leer! :3 ~

Dos caminos diferetenes (YellowMellow, Rubius y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora