Capitulo 7: El trato

5K 126 70
                                    

-Seguiremos en esto- toco mi mejilla- seguiré haciéndote mía las veces que quiera, no podrás negarte - Tampoco me negaría, seguí observando su rostro, sus facciones, asentí, sin estar muy segura de que aceptaba.- En el momento que yo diga- volví a asentir, esta vez me beso, me beso suavemente, demasiado suave, tome su nuca y lo apegue más a mí, el era una adicción, me separe de él para verle sonreír, se levanto de la cama y fue directo a la cocina, me cubrí con las sabanas y me recosté, ¿En qué juego había caído? “Ciertamente deberías preguntarte, en que mierda te has metido.” Subconsciente aunque no se en que mierda estoy metida, me gusta ¿Comprendes?

-¿Tienes hambre?- le mire, traía la botella de cerveza que me había impedido abrir, y una bolsa de papas.

-Con la cerveza me contento- se la arrebate cuando se sentó a mi lado, necesitaba sentir el alcohol fluir en mis venas, necesitaba volver a sedarme, el sabor amargo bajo por mi garganta, era imposible creer que aún necesitaba más de él, lo miré el me observaba descaradamente, como si con su mente me quitara lo único que me cubría la sabana. Le entregue la botella, y volví a recostarme, el sueño comenzaba a invadirme, pero no quería dormirme, no quería irme de ese pedazo de mundo, realmente no quería alejarme del placer, cerré los ojos y suspire.

-Gatita, ¿Te canse demasiado?- abrí los ojos estaba posado cerca de mí, mirándome, en sus ojos se notaba el agotamiento

-¿Desde cuándo ahora soy “gatita”? – le susurré mirando sus labios

-Razón numero uno: Te apodan Cat, razón numero dos: Cada vez que te enciendes en placer, tu piel se pone como gallina, tus pequeños vellos se elevan, como si la electricidad te recorriera, me agrada –beso mi mandíbula – deberías dormir –

-Creo que si- se recostó en la cama y me apoye sobre él, su mano se poso en mi cadera, la apretó para luego soltarla.

 ~~~

Desperté, sin cansancio alguno, mágicamente estaba como nueva, mire a mi lado, y no estaba en mi cuarto… ¡Mierda! Me precipite a sentarme, la sabana cayó dejando al descubierto mi cuerpo desnudo, me levante mientras recogía mi ropa esparcida por el suelo.

-Despertaste, supongo que planeaba traerte el desayuno a la cama y eso, ya que estas despierta ¿Vamos a la mesa?- quede boquiabierta ¡santísima mierda, en que me había metido! -¿Qué pasa? ¿Gatita?- se acerco a mí y me aleje

-Yo… yo debería irme- Me quede parada observándolo, los recuerdos se arremolinaban en mi cabeza, sus manos, su boca, su cuerpo, nuestro mundo, el placer, Melo, ahí en mi cabeza como pensamiento principal aparecía Melo sonriéndome, no sé que era peor si su imagen, o el recuerdo de cómo aceptaba seguir en esto, la había liado, bien liada, me estremecí casi inmediatamente.

-¿Qué pasa? Deberías desayunar primero.

-No, enserio debo irme, no debo estar aquí, esto, esto está mal, completamente mal.

-¿Mal? – Tomo mi barbilla- No decías lo mismo ayer, por lo menos tus gemidos me decían lo contrario, ¿habías sentido tanto placer antes, gatita?- no iba a responderle, no porque no quisiera, si no porque la respuesta era clara, nunca me había sentido en el cielo, nunca me había ahogado en tanto placer. – Supongo que se la respuesta- me beso antes, de que pudiera si quiera reaccionar, y le correspondí, me sentía más mierda por corresponderle, pero era imposible no hacerlo sus labios me pedían a gritos que siguiera aquel caluroso beso, bajo su mano por mi entrepierna y volví a temblar, ya no tenía el alcohol en mis venas, ahora era la Cat sobria, y cobarde la que estaba latiendo por el calor y la euforia, lo empuje suavemente.

-No puedo hacer esto, estoy con Melo ¡Joder Rubius! Me la lías- me aleje, para mirarlo, sonrío con picardía, con algo más que no podía definir.

-Es fácil, Cat, si no quieres que Melo se entere y sufra, deberás seguir mi trato, anoche aceptaste deseosa, no sé que cambia ahora- Si no me apartaban de él terminaría pegándole de sobre manera.

-No entiendes, no puedo seguir tu trato, no podemos- me miró y río, su mano señalo un mueble, mire nerviosa, y todo lo que estaba a mi alrededor pareció caerse encima de mí, su cámara, su cámara estaba ahí, la luz roja titilaba.- Es imposible… Tú no puedes

-Sí que puedo, entonces que harás, o aceptas, o el video llegará derechito a Melo, no quiero hacerle esto a una gran amiga, supongo que tu tampoco quieres ¿no?- No sabía que era más fuerte, el deseo o el odio que sentía por él, apreté mi boca y asentí- El baño está ahí, te deje una toalla, te espero en la mesa- solo volteo, tomo la cámara y se largo, yo entré al baño temblando, me sumergí bajo el agua caliente, soy una imbécil “imbécil queda corto, eres una estúpida, una ingenua” No estás aportando subconsciente, pase el jabón por mi piel delicadamente, y deje que se fuera junto con el agua, salí de la ducha para mirarme al espejo, mi labio estaba herido, pase lentamente un dedo por encima, y recordé el momento preciso en que Rubius me mordía, volví a pasarme el dedo pero esta vez más fuerte, me gustaba recordar la manera dominante en que me hacía suya, me gustaba recordar, la dureza, la pasión y el salvajismo, y eso me sentaba como patada en el culo, en este momento debería estar odiándole, más que recordándole, me seque con la toalla,  me vestí, tal como me había dicho, estaba en la sala, el desayuno estaba encima, huevos, jugo, pan, acepte el jugo gustosa, pero no podía comer nada más de lo que tenía, todo implicaba en cierta parte a un animal.

-Se me olvido el rollo del veganismo, aunque te sienta mal, ayer eras precisamente toda una carnívora sobre mi- me sonrío con autosuficiencia, realmente me sentaba como una patada en el culo.

-Debo irme, supongo que gracias…- me levante estaba punto de abrir la puerta cuando Rubius me dio la vuelta fuertemente.

-Ten en cuenta gatita, te mandaré un mensaje, y deberás venir, me importa una mierda si estas ocupada, vendrás y te haré subir al cielo y descender – volvió a sonreír.

-A veces me dan ganas de golpearte de sobremanera- le escupí las palabras en la cara-

-No te preocupes, puedo hacer que te entren ganas de montarte sobre mí, y eso nos gustará a los dos, más que golpearme- me beso suavemente, y volví a caer en el juego de seguir aquel beso- Apúrate, supongo que Melo volverá a casa ¿no? –Voltee y me fui, rápidamente, claro que quería repetir todo aquello, pero no sabiendo que dañaría a alguien, no sabiendo que dañaría a mi Melo.

Dos caminos diferetenes (YellowMellow, Rubius y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora