Clan del bosque [Acabada]

Capitulo 32

Narra Sara

¿Por no estar con él ya se enfada? Es otro idiota del montón...Es que más idiota y no nace...

Después de saltar por la ventana me transformé en lobo para volver a mirar los registros del sector y así olvidarme de ese imbécil, pero esta vez puse trampas cerca para evitar que alguien cogiese las joyas de los clanes como la última vez, además de poner una hoja tierna en la cerradura de la escotilla por si se cerraba.

Al entrar, todo estaba oscuro y busqué alguna fuente de luz para poder mirar los registros cuando escuché que alguien entraba.

-Sabía que había visto ese pendiente antes...-dijo un lobo negro azabache cuando encendí la luz. Era el doble de grande que yo y tenía unos ojos tan grises como la luna misma-En forma de lobo te veo mas...¿Segura?

-¿Quien eres?-pregunté amenazante echando las orejas hacia atrás y gruñendo.

-¿Hiciste ya los deberes que mandé? Si no es así no deberías estar en el sector y deberías hacerlos-me ignoró él.

-¿Eres un...profesor?-No tenía pensado bajar la guardia ante ese desconocido.

-Puedes llamarme Ryder.

-Profesor...¿Quien eres?

-Descúbrelo por ti misma como hice yo contigo, Sara...-El lobo se dirigió a la puerta mostrando un lazo blanco en la cola y luego se giró de nuevo para mirarme.-Ah, y ya me dirás quién es Night...

Cuando el lobo marchó, me quedé pensativa de quien podía ser. Podría ser Marga? No...era un macho...Richard quizás? Tampoco...este lobo era muy arrogante para ser él...¿Y si era el profesor amargado de física.

Decidí no pensar en ello y fui al cajón del clan del sur, donde se encontraban todos los registros de la manada.

Al parecer el clan del sur tuvo un conflicto con el clan del Este, quienes pidieron ayuda del clan del Norte. Éstos accedieron con gusto en el plan de exterminio y nuestro clan se fue al Oeste a buscar refugio sin mucho éxito. El clan del Norte acabó con ellos y solo quedamos...Nosotros...

La ira me recorría por dentro. No me podía creer lo desalmados que fueron y lo fríos...está bien olvídenlo.

Salí de allí corriendo con todas mis fuerzas. El viento me golpeaba la cara brutalmente y de vez en cuando tenía que esquivar una raíz de árbol en la que no había reparado, además de hacer maniobras para no caerme cada vez que tropezaba. Pero al llegar al clan del Norte todo fue diferente.

Me sentía ágil, capaz de acabar con todos y cada uno de los descendientes de aquellos asesinos que acabaron con mi familia.

Entonces noté que rosa me miraba fijamente y pude observar una pequeña sonrisa en su asqueroso hocico.

-Miren quien ha venido a visitarnos-se mofó-¿Qué te trae por aquí, rata?

-Si dijeses que la rata es Clara no te lo negaría-dije algo quemada de la ira-Pero no vengo a hablar. Vengo a tomar venganza.

-¿Venganza de qué?¿No superas aún lo de tus papis después de 16 años? Pobre infeliz...

El pelo se me empezó a erizar-No te rías de mi...

Me lancé a su cuello furiosa y ella empezó a chillar como un pequeño perro asustado. Me encantaba ese ruido y también la sangre que había empezado a brotar por todo su blanco pelaje.

Su manada acudió en su ayuda nada mas oír su llanto infantil y la cosa empezó a divertirme. El grave error de uno fue atacarme por el lateral dejando sus patas traseras a mi disposición. El pobre animalillo no podrá caminar por un largo tiempo...

Otro quiso atacarme al cuello, pero me defendí girándome y acabó mordiendo mi cola, cosa que no me afecta mucho, duele, pero no me afecta mucho.

Todos estaban cansados y ensangrentados. Quería acabar con ellos de una vez por todas y así dejar mi conciencia tranquila, pero el gran lobo negro de antes se interpuso entre la Omega y yo entre gruñidos.

-¡Vasta!-rugió-Se que no debería meterme, pero esto es demasiado. Parad ya, chicas.

Entonces, al ver su lazo, me acordé de Richard y abrí los ojos todo lo que pude.

-¿Profesor?-pregunté echándome atrás

-Sara, guarda tu rabia para recuperar tu puesto en la manada si no quieres que Clara les haga vivir un infierno. La conozco y se de lo que es capaz-dijo él sin contestar a mis sospechas-Ellos no han cometido ningún crimen por lo que deban morir. Además de que estás invadiendo su territorio y sabes lo que eso significa.

-Lo siento profesor...

-Clara está aquí con la manada. Deberías ir.

-Nosotros podemos ayudar a echar a esa tal Clara-Álvaro salió de la nada de entre la niebla y le miré con asco-Para compensar los daños que nuestros padres le han echo a tu familia.

-Aceptamos-dijo el profesor sin pensarlo

-Pero prof-Rosa y yo fuimos interrumpidas por los gruñidos de los dos Alfas y agachamos la cabeza abatidas. Nos odiábamos, pero yo no podía desafiar a un lobo mayor y Rosa no era capaz de desafiar a su Alfa.

Marchamos a mi territorio donde Clara hacía cazar a MI manada para ganar su alimento haciendo que algo dentro de mi se rompiese. Les estaba engañando.

-¡Clara!-grité-¡Voy a recuperar mi puesto!

-¿A, si?¿En serio?¿Y como?

Clara empezó a caminar hacia mi elegantemente y vi que Rafael estaba detrás de ella al acecho por si le hacía algo a su amada puta.

Entonces Álvaro saltó hacia Rafaél tumbándolo en el suelo y consiguió dejarme a solas con la rata blanca, con la que di tres o cuatro vueltas al acecho de cualquier ataque que se le ocurriese hacer.

Entonces comprendí que no me iba a atacar y que en realidad tenía miedo, por lo que me aburrí y decidí lanzarme yo a su cuello.

Escuché que emitía un grito más agudo que el de Rosa al principio, pero luego se armó de valor y me plantó cara sabiendo que tenía mucha más experiencia en ataques que una simple Beta de intercambio.

Rafa ya estaba inconsciente y yo estaba a punto de agarrar el blanco cuello de Clara, pero era escurridiza cual lagarta y opté por quitarle movilidad.

Le mordí con fuerza una de las patas traseras, quebrándole un hueso y en cuanto vi que su agilidad había disminuido, le ataqué al cuello y mordí con todas mis fuerzas hasta que dejó de moverse. Se había desmayado.

-Enhorabuena, Sara, eres la nueva Alfa y la primera hembra en serlo-dijo Richard sonriente

-¿Yo Alfa?¿¡QUE!?-No me creía lo que me decía. ¡Eso era imposible!

-O puedes darle el título a quien quieras-sugirió Izan

-A quien quiera eh...