Gula - Itachi

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"La semilla de los 7 caerá... Y echará raíces sobre la tierra. Todo se derretirá, de sus jugos nadie escapará, si incluso todo el mundo..."


Su pueblo hacía sido totalmente destruido, no quedo nadie vivo aparte de él y para sobrevivir se encontraba huyendo. Corría sin mirar jamás hacia atrás, su respiración parecía ir a mil por hora, necesitaba llegar a un refugio.
Desde que estaba corriendo no había logrado parar para probar algún bocado, ni siquiera había algo que pudiera comer para calmar el apetito voraz que se estaba haciendo presente, a esta altura ya no podía ignorar el rugir de sus tripas. Venía corriendo ya varios días sin rumbo alguno, solo con el fin de llegar a algún lugar para refugiarse de los asesinos y bandidos que atacaron su pueblo.

En su andar logró divisar la puerta de un hermoso castillo de color blanco, ante la vista logró sonreír ligeramente, ya tenía salvación.
El cansancio poco a poco al igual que el hambre y la sed ya le iban ganando, hasta el punto que su cuerpo cedió a la oscuridad y cayó pesadamente en el suelo, entrando en un estado de inconsciencia.

Las puertas del castillo se abrieron mostrando a un par de rubios, quienes al ver al joven en el suelo no lo pensaron dos veces y lo adentraron al castillo.


(...)


Una palabra que podía describir la situación de Itachi era cómodo.
Su cuerpo sentía completamente comodidad, más de lo normal, tanto así que la misma le había hecho despertarse poco a poco, abriendo los ojos y descubrir que ya no se encontraba tendido en el suelo donde había caído, sino que se encontraba recostado en una lujosa cama dentro de una bella habitación. Estaba plenamente desconcertado observando su alrededor, preguntándose internamente una y otra vez quien lo había llevado allí.

—Veo que has despertado —comentó una mujer rubia y voluptuosa quien entraba a la habitación.
—¿Quién es usted? —Itachi interrogó a quien ingresaba a la habitación.
—Soy Senju Tsunade y este es mi castillo. —La mujer extendió sus brazos en forma de que mostraba todo—. Mis sirvientes te han encontrado en el suelo, por lo cual optaron en traerte ante mí.
—Lamento si soy una molestia. Si gusta puedo retirarme
—¡Para nada! ¡Necesito a alguien que herede todo lo que es mío si llego a faltar! No poseo hijos y veo que puedes ser el indicado si pasas la prueba —Tsunade soltó aquella información viendo con determinación a Itachi.

El joven quedó desconcertado al escuchar lo mencionado por la mujer. Ante una señal que Tsunade hizo con su mano diestra indicándole que se levantara Itachi poco a poco se levantó de la cama y comenzó a seguirla al ver que se retiraba de la habitación. La siguió con parsimonia hasta que se dirigieron a un glamoroso comedor. Para los gustos de Itachi le pareció exagerado ver la enorme mesa que únicamente poseía solo dos sillas, una en cada extremo.
Tsunade guio a Itachi hacia una silla obligándolo a sentarse en la mesa y con un simple chasquido de su mano aparecieron dos sirvientes de similar apariencia y cabellos rubios.

—Naruko, Naruto. —Tsunade los nombro—. Traigan comida para nuestro invitado, por su condición veo que no ha comido en varios días. —Y con solo decir aquello ambos rubios asintieron ante la orden y fueron en busca de lo ordenado.

Al volver volvieron con varias bandejas llenas de varios platillos, cuales depositaron ante Itachi quien veía todo con un deje de asombro y preocupación. Ante esos platillos el estómago del pelinegro rugió. El aroma de los platillos lo estaban haciendo babear ligeramente. Por impulso se relamió, era obvio que después de tantos días sin comer tuviera bastante hambre. Itachi guio su mirar hacia Tsunade en busca de su aprobación la cual obtuvo y allí comenzó a degustar los platillos.

Seven Crimes and PunishmentsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora